David González Lobo

Raíz escrita

 

Rinat Izhak: De la serie 'Raíces en el aire'

 




SOLSTICIO DE INVIERNO

		a Natalia Garofalo Uzcátegui

Las sombras caen por la ladera y bajan hacia el río.
En la neblina ya sueño el oro blando en la tierra.
En la bruma hay una puerta y un camino.

Esa hoja es transparente, y aún duerme.
Un hilo de savia la ata al cielo.
Habla con estrellas y pájaros.

Sus flores son dos bocas en el pecho.
Cuatro ramas son una esperanza y casi el fruto.
Esta llovizna me habla al oído.

Vuelves, estallas y no sé qué decir, temblando.


DESEOSO ES AQUEL QUE HUYE DE SU MADRE Escrito con su fuego, o con esta lámpara, la “a” y la “z” de la raíz. Tu cuerpo se abre. Sale del cauce. Se llena de aire caliente la habitación. La rosa es el sol y un arcoíris también. Escribes, llamas y esperas. La llovizna cae y es azul el brote en tu mano. Y la boca se abre, cada vez más, y atraviesa el espejo.
LA RAÍZ SE QUEDA EN LOS PÁJAROS Se secó, del todo, el naranjo amargo. La raíz se queda en los pájaros. Y se ve, tan clara, la rama verde. Colgabas un racimo de plátanos en la cruz del árbol. La raíz se queda en los pájaros. Los dibujabas con trazo firme y las sombras salían desde la tienda hacia el bosque, en la neblina. La raíz se queda en los pájaros.
EL CÍRCULO En la colina hay tres estrellas. Me hablan al oído; se diluye todo y todo se une a la vez. Había una red de raíces y peces de plata en el fondo del arroyo. Un muchacho caminaba por una calle de Sevilla; era una pompa de jabón y olvidaba hasta su nombre de rey. Te toco la herida en el costado para reunirme de nuevo contigo. Todas tus voces van pasando por la puerta del mercado. Dame con tu boca pequeña la sombra del agua, la hoja que se pudre y la más verde. En la colina hay tres estrellas.
POÉTICA Siempre hablas de la lluvia, de los ríos, de las plantas. Aparecen y desaparecen entre los pensamientos y los deseos. No estás, y brotas de pronto, enraízas. Una mano, el viento, el agua, un animal, dejan semillas en la tierra. Y si pasa una bandada de perdices por el campo el sol desvela otra posibilidad. Y si avanza del otro lado del surco ese rastro de nube es el dibujo de un niño.


 

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