Stelios Karanyakis

Poemas

Traducción de José Antonio Moreno Jurado

 


 

François Bouchot: Pílades y Orestes

 


Stelios Karayanis nació en la isla de Samos en 1956. Poeta, ensayista y traductor, es Doctor en Filosofía por la Universidad de Yoanina con su tesis La crisis de la modernidad: cultura, tecnología y razón histórica en José Ortega y Gasset, en 2002, y, en 2005, Doctor por la Universidad de Granada con su tesis La evasión de Dédalo. Teoría y usos poéticos de la metáfora en José Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez y Yorgos Seferis. En 1992 obtuvo el Premio de Poesía Nikiforos Vretakos del Ayuntamiento de Atenas. Algunos de sus ensayos se han editado en revistas como El Fingidor, Estudios Orteguianos, Diálogo Filosófico, etc. Ha traducido libros de literatura infantil, dos obras teatrales, poemas de Jorge Luis Borges, Juan Ramón Jiménez, Francisco de Quevedo y de algunos poetas andaluces contemporáneos.
Es consejero en el Ministerio de Educación Griego e imparte clases de Literatura Española Moderna en la Universidad abierta de Grecia. Finalmente, es miembro de la Asociación de hispanistas griegos, del Pen Club, de la Asociación Nacional de Escritores Griegos y académico correspondiente en Atenas de la Academia de Buenas Letras de Granada. En la actualidad dirige la revista Erato.



Η νεκροπομπή

Με τον καιρό κι η τύψη μας θεριεύει
βρίσκει ένα χώρο ιδανικό για να θραφεί
μες στου κορμιού μας το σκοτάδι το βαθύ,
που ανέκφραστο, την ηδονή γυρεύει.

Με το μελάνι, η πλήξη λιγοστεύει
αλλά δεν είναι βολετό να νικηθεί
με στίχους που έχουν ήδη προγραφεί,
που αδιάφορος ο χρόνος τούς κηδεύει.

Κι όπως το σώμα γέρνει ευλαβικά,
μες στης ψυχής το τέμενος να προσκυνήσει,
των στίχων βλέπει την νεκροπομπή να αργοπερνά

Α. τι άδοξα που η ποίηση πεθαίνει τελικά,
Κι η τύψη, πώς θεριεύει στης γραφής τη δύση,
ακούγεται σαν ένας ψίθυρος από κοντά.



El sepelio

Con el tiempo se enfurece también nuestro remordimiento,
encuentra un espacio ideal para instalarse
en la profunda oscuridad de nuestro cuerpo,
que, inexpresable, busca el placer.

Con la tinta, empequeñece el aburrimiento
pero no es posible vencerlo
con versos que ya fueron escritos,
que el tiempo indiferente los entierra.

Y como el cuerpo se ladea piadosamente
prosternándose en el templo del alma,
ve pasar despacio el sepelio de los versos.

Ah, al final, qué vulgarmente muere la poesía.
Y nuestro remordimiento, enfurecido en el occidente de la escritura,
se escucha como un murmullo cercano.


Η γάτα που το μήνυμα θα λάβει Όταν θ’ ακούσουμε το ρόπτρο τού θανάτου, έξω απ’ την κάμαρή μας ν’ αντηχεί ένα βράδυ, κι αν τη ζωή δεν έχουμε προλάβει, μην πούμε «τι ανώφελα που ζήσαμε εδώ κάτου». Όταν θ’ ακούσουμε το ρόπτρο τού θανάτου, στων αναμνήσεων το τελευταίο βράδυ, στην κάμαρή μας θα ‘χει πέσει το σκοτάδι κι η γάτα θ’ αφουγκράζεται τα βήματά του. Η γάτα που αγαπήσαμε θα έχει καταλάβει στο βλέμμα μας τα από καιρό γραμμένα και θα ‘ρθει και θα μας αγγίξει μ’ ένα χάδι! Κι ίσως να πούμε τότε «άραγε, ποιος να ‘ναι τόσο βράδυ» το χάδι ανταποδίδοντας στη γάτα κουρασμένα, στη γάτα, που το μήνυμα θα λάβει. La gata que recibirá el mensaje Cuando oigamos la aldaba de la muerte resonando una noche en nuestra habitación, aunque no hayamos tenido tiempo de vivir, no digamos «qué inútilmente hemos vivido hasta aquí». Cuando oigamos la aldaba de la muerte en la última noche de los recuerdos habrá caído la sombra en nuestra habitación y la gata escuchará sus pasos atentamente. La gata que amamos habrá comprendido lo escrito desde hace tiempo en nuestra mirada y vendrá a tocarnos con una caricia. Quizás digamos entonces «¿quién es tan tarde?», devolviendo la caricia a la gata cansada, a la gata, que recibirá el mensaje.
Ορέστης και Πυλάδης Είμαι ο Ορέστης. Η ενοχή με συντρίβει. στα κουρασμένα μάτια μου καμιά παρηγορία∙ πυκνό το χιόνι της ψυχής τη μοίρα μου ορίζει η μισερή του Απόλλωνα η δίκαιη Ερινύα. Στου Άργους τα βασίλεια ο θάνατος θερίζει∙ στους πύργους στα παράθυρα στα μάρμαρα τα κρύα∙ κι είναι ένα βράδυ θλιβερό κι ένα σκυλί γαυγίζει του φονικού του ανόσιου την ιεροσυλία. Πώς να μη φταίω Πυλάδη μου αφού το θείο φθονεί κι αφού η δική μας Νέμεσις πληρώνεται με φόνο μονάχος φεύγω μα έλα πίσω μου πιστό σκυλί μου εσύ. Απ’ του Θυέστη τη γενιά ως και του Αγαμέμνονα το θρόνο τραγούδησε ω Πυλάδη μου τη δίκαιη ενοχή, τα δάκρυά μου σκούπισε κι απάλυνε τον πόνο. Orestes y Pílades Soy Orestes. La culpa me corroe. No hay consuelo en mis ojos cansados. La densa nieve del alma define mi destino, la mísera, la justa Erinia de Apolo. La muerte hace su cosecha en los reinos de Argos, en las torres, en las ventanas, en los fríos mármoles. Hace una tarde triste y ladra un perro el sacrilegio del impío asesino. Cómo no tengo la culpa, Pílades mío, si lo divino siente envidia, y, puesto que nuestra Némesis se paga con muerte, me marcho solo, pero ven detrás de mí, tú, fiel perro mío. Desde la generación de Tieste hasta el trono de Agamenón  canta, oh Pílades mío, la justa culpabilidad, barre mis lágrimas y calma el dolor.

 

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