Ramón Palomares

Adiós Escuque

Nota preliminar de David González Lobo


 

Juan Ramón: Reinita y araguaney

 


 

Adiós Escuque (1975), que ofrecemos hoy, y Paisano (1964), reeditado en el n.º 3 de Tinta China, son las dos obras principales de la poesía de Ramón Palomares (Escuque, Trujillo, Venezuela, 1935).

El conjunto de su obra ha cambiado radicalmente el sentido de la poesía venezolana de raíces tradicionales desde la aparición de El Reino (1958), a la vez que ha recorrido e interpretado parcelas de la historia fundacional de Venezuela, de sus héroes, de su paisaje, de sus ríos: Honras fúnebres (1965), Santiago León de Caracas (1967), El vientecito suave del amanecer con los primeros aromas (1969) Alegres Provincias (1988), Elegía 1830 (1980), El viento y la piedra (1984) Mérida, elogio de sus ríos (1985) y el reciente Vuelta a casa (2007)

Si bien en El reino (1958) se establecen los principios de su acercamiento al lenguaje oral de las voces campesinas, todavía aparece como trasfondo el siglo de oro español. Es en Paisano y sobre todo en Adiós Escuque donde su poesía se vuelve netamente hacia el lenguaje andino, trujillano y de la comarca de Escuque, para recrearlo en un nuevo artificio. Y con estas voces la narrativa poética de Palomares nos introduce en la vida, tránsito y muerte de los hombres y mujeres de los Andes venezolanos, en sus mitos, en sus sueños, en sus paisajes.

Cuando leemos Adiós Escuque estamos ante una conversación, ante un monólogo, ante situaciones que sucedieron o pudieron suceder a las puertas de una iglesia, a la orilla de un río, ante el misterio de una fiesta popular trascendida, subiendo una calle empinada de Escuque, recordando la infancia y la adolescencia. Y ante todo nos sobrecoge el poso interior del sonido de una poesía “tan natural, tan hablada, tan romance venezolano”. El telurismo magnificado y llevado a sus máximas consecuencias potencia y expone está poética al lenguaje universal de la poesía y abre las fronteras de lo regional a un lenguaje artístico panhispánico, donde la oralidad primaria, el lenguaje campesino, se nos presenta como el renovado tesoro de una cultura, por mestiza, hermana.

Está reedición de Adiós Escuque constituye una nueva posibilidad de que una de las obras de referencia de la poesía en español pueda ser leída y apreciada íntegramente por un público aún más amplio del que ya goza la obra de Palomares, cuyo parangón, fuera del ámbito venezolano, alcanza en nuestra lengua a textos de la trascendencia de Pedro Páramo de Juan Rulfo o La casa de Bernarda Alba y Yerma de Federico García Lorca, y en portugués a Grande Sertão: Veredas de João Guimarães Rosa.

DAVID GONZÁLEZ LOBO

 


 

Adiós Escuque

 




PAJARITO QUE VENÍS TAN CANSADO

Pajarito que venís tan cansado
y que te arrecostás en la piedra a beber 
Decíme. ¿No sos Polimnia?
Toda la tarde estuvo mirándome desde No sé donde
Toda la tarde
Y ahora que te veo caigo en cuenta
Venís a consolarme
Vos que siempre estuviste para consolar 
Te figurás ahora un pájaro
Ah pájaro esponjadito
Mansamente en la piedra y por la yerbita te acercás 
—"Yo soy Polimnia"
Y con razón que una luz de resucitados ha caído aquí mismo 
Polimnia riéndote
Polimnia echándome la bendición 
                                  —Corazón purísimo. 
Pajarito que llegas del cielo
Figuración de un alma
Ya quisiera yo meterte aquí en el pecho   
darte de comer
Meterte aquí en el pecho
                                   Y que te quedaras allí
lo más del corazón.


Todos los corazones
EL SIETECITO ESTÁ DE BUENAS A Félix y Mireya Grandes ojos esas ventanas Viendo al cielo oscuro Viendo a todos los muchachos y gentes que pasan calladas o pateando una lata o llevando de cabestro una bestia, o Flores, o Noches... Miran ellas, Ventanas, Qué grandes ojos! Y a lo lejos:                     Puertas abiertas Hombres escupiendo Hombres bebiendo Oyes decir muy quedamente:                     "Siete, de verdad, cómo estás de buenas..." Y entonces ves la yerbecita, ves los aleros, ves los grifos donde salta el invierno                     Y echa a cantar...                     "Esta es la Casa Grande                     Casa Grande/Vive la Niña Delia                     Delia Margarita/Delia del Gran Sombrero                     Cabellera en el Agua/Delia de las muchachas nadando                     Se llama Olor/Granadas Rojas se llama                     Delia de todas las Nostalgias                     Perfumes Idos" Y ya el invierno se hace corriente por las piedras Ai lo escuchas quedito                     "Vení Este es tu enlozado húmedo" Y vas hasta el portón Ay En este porten se detuvo el Siete Miró largamente Muertes ajenas lo habían inaugurado pero ninguna de las suyas se había inscrito en los huecos de cigarrón Veta de madera/Tablita de adorno y Cerradura Y allí pegó el oído para oír:                     Se oyeron corrales de chivos que venían detrás de                                                una mujer Vieja de las chivas Si María de los Ángeles dormida sobre restos                                                /y cagarrutas Refunfuñona Venía — Al lado de los cabritos/Desgreñada con un palo en la diestra Hay cerca de allí un sitio donde oscuras ruinas se levantan Muros derruidos los vería con ojos nostálgicos Mañanas soleadas/Tardes soleadas/Y tardes de color de golondrinas               "—Siete que estás parado en el portón                    Dentrá!"               dicen del zaguancito, de las piedritas               del corazón de esos nombres enlazados —Doña y Él               grabados en la arena.               Y en el silencio Y otra vez               "Dentrá Siete" ¡Qué me vas a decir                             Calle de todos los corazones!
DICIEMBRE ANDANDO POR EL CIELO A Carlos —"Díganle que me van a vestir de Virgen María         Que ya tengo aquí el vestido y la banda azul que lleva" Ai nos veiamos por las calles         "Que si aquí no tienen al Niño Perdido" Ella iba montada en una burrita Yo le traia la bestia de cabestro         "Que al Niño Jesús Perdido         lo venimos a buscar..." seguíamos "¡Pobre Virgen Maria!" —decía la gente Los Reyes Magos bien rascados caracoleando los caballos... "¡Cuidado con esas bestias!" Velas y faroles incendiaban las calles los músicos reventaban sus cuerdas Y el cielo arrebataban las pastorcitas "Miren! Miren!" —decía la gente —El cielo más parecía un barco... "¡Miren!" Entonces tú volvías la vista:         "Después nos vemos Ya Sabes?" De todo corazón. 1974
AH RIGOR A Luis Garcia Morales No pues no vaya a creer Y cómo no me voy a acordar Tanta noche con luna! Tanta guitarra! Y las ventanas perfumadas y vos llena de lirios Y los lirios en un decir                                       Amor!" Todos los árboles de la plaza Los bancos de la plaza La iglesia los caminos                 El pozo Albor... Oíme Oíme Yo siempre estoy pendiente:                 —Dónde estará Qué estará haciendo Se acordará de todo?                 ¡Ah rigor!
LAS CATEQUISTAS A Enrique Arenas "Por nuestro amor oculto en el Sagrario" cantaron las catequistas Bajaban las escaleras del Harmonio —Cantaban "Dios está aquí..." Hebe— Rosa— Beatriz— Gladys— Angélica— La nave izquierda en la dorada iglesia batía un aire tibio —"Pongan Atención!! Ténse quietos muchachos!!!" Arriba: Golondrinas entrando y saliendo por vitrales azules                quejidos que venían                de una perdida lluvia Cómo sostenían sus pequeños libros en pequeñas manos floridas Y qué rostros de resplandecer "Venid adoradores adoremos" cantaron Entonces se escuchó al viejo del Coro: "A nuestro Redentor" Una rama de mirto y                                 un pulcro clarinete —Eso eran Los capiteles se echaron a dar vueltas Y sus columnas Ascendieron La Inmaculada toda lágrimas junto a su hijo —San Juan íngrimo en aquel llano... "Gloria a Cristo Jesús" —cantaron las catequistas "Cielos y tierras —Bendecid al señor" —Respondió el Viejo del Coro El sacristán y su ayudante por la nave mayor pasaron muy de apuro Y la pesada iglesia comenzo a levantarse:                Las golondrinas y las cartas de amor                se llevaban la iglesia...                No vimos más las catequistas                Hebe— Rosa— Beatriz— Gladys— y Angélica                Qué será de ellas en el dulce infinito?
DICE QUE YA NO LE HACEN FALTA FLORES A Baica Dice que ya no le hacen falta flores que paqué Que se las guarden pa la fosa —dice Que se las lleven a la Inmaculada —dice —Yo No     A mí no Por eso está cortando todo                                          Por allí por allá No deja nada con cabeza                Los almendrones se pusieron blancos cuando                                                        pring!                comenzó a darles encaramado en la escalera                                                        El                que vive envenenado —A las gallinas     Al perro     A las matas de rosa     A todo A todo lo voy a fregar —dice —Paqué flores     Paqué tanto animal     Pa puro echar jaretas!     Y Pring,     Suena el machete en la ramita     Corta el filo y en el tronco —Que se friegue todo     Que se fuña     Y ya en la casa no es más que afanar     Y corta que te corta                                       Y "¡Bajemeeso!" Y "¡Tumbemeeso!" "Qué caray"
OYÉNDOME POR DENTRO Y VIENDO HACIA OTROS DÍAS A Humberto La ramita de eneldo dio la vuelta por su cuerpo y llegó hasta su corazón Allí buscó largo rato —"que a que no te acordás del Vestido de Blanco, El Grande" —dijo Entonces apareció un pueblo largo, muy largo Venían tres muchachas por su calle diciendo: —Las canciones que cantabas anoche     sabían a rosas —La manera como cantabas     estaba llena de sentimiento. Se montaron cada una en su caballo y siguieron Las muchachas desaparecieron El pueblo se fue Sólo el Gran Vestido de Blanco de vez en cuando vuelve.
LA NIÑA ROSA HABLA CON SUS QUIMERAS A Carlos César Ventarrones con lluvia Nubes que de tan pálidas se iban volviendo negras ¡Quimeras! Había que conocerlas con el tiempo Porque si no ¿Quién iba a mantenerlas? —No ¿Y no se acuerda aquellas noches que pasaban volando? —Aves, sí. Nomás recados de una estrella Esa que va pendiente de uno —¡Y qué de sueños! Por los días de San Juan:                     "Corazón, mira bien                     Ahora sí que te vas                     Que ya por vos                     De muy remoto puerto viene un barco" Y pasaban los años y allí en las grises calles un mojabobos y un chinchín                     "¿Nunca te darás cuenta                     de que tu fiesta era un rocío?" Otro era un decir los montes:                     "Matrimonio y mortaja...                     "Matrimonio y mortaja... Quimeras Sí! Más para qué espantarlas si ahí mismito remontábanlo a úno hasta el más bello suspirar: —Garzos ojos —Y estrellas que volvían del aguacero —Barajas y pañuelos de Olán —¿Se acuerda los jugadores de billar, el rosario empeñado... Nombres tengo Nombres y sus personas en eso de ensoñar... Pero ai queden —Valga Sí     que el alma les dolía de quimeras Y que de aquellas almas les volaba una flor —La que llamaban Pensamiento Sí —Se usaban en los libros     Marca de amores en las cartas     Marca de versos Tiempos ya idos Qué de años De los arrecostados, de los arrinconados decían                "Viejos se van poniendo de puro requerir                        sus adentros". 1974
MI PADRINO OYE UNOS FORASTEROS A Pancho Crespo         Encarnación! Encarnación!" —dijeron de la calle         Encarnación salga rápido que hay un muerto!"                         "—Vienen a matarte Encarnación Son ellos! Me acuerdo de mis comisiones Me acuerdo de mis deudas Por los andurriales de El Callao, San José de Guaribe, Río Negro, Barlovento... —Encarnación!" Al momento dieron las doce         —Encarnación salga que allá lo esperan por el muerto" Son ellos —me dije— Al fin vienen — Cierto Cierto..." Oímos relinchos y la inquietud de los caballos Crujían los arreos Ai nos quedamos quietos                         Yo en el portón Oyendo Y ellos fijos también Espera que te espera Pasaron horas de horas Nos quedamos dormidos Todavía estamos dormidos Todavía me esperan Todavía estoy detrás del portón                         Oyendo...
EL CORAZON ATENDIENDO UNA VISITA Para Orlando         Imagínese que es de noche         Bien entrada la noche         Imagínese que le tocan la puerta         Ya está dormida         Y vienen y le tocan                         "Adelante! Adelante ¿Quién?..." Ai entran El Cerezo, El Almendrón, Pandeaño, Hojalapas...                         "¡Ánimas Benditas ¿Qué es esto?"         —Antes que sepás lo que somos         Oínos bien         Oínos                    Acordáte suficiente todo lo que por vos                    sufrimos, aguantamos, callamos, esperamos, trasnochamos, morimos.                    Y no nos des con las patas                    Ni nos dejés Ni te olvidés                    —Ingrato—                                       Como si nada nos debieras.                    Que el que no es agradecido                    No es bien nacido..."         Esto dijeron         Tierrita Negra, Piedras Conversadoras, Sartén de freir mojos,         Coronas de Cristo..."         Y entraron y tomaron asiento allí         Resplandeciendo         Venían de visita Venían a saludar         Pero mi corazón pensó "Ya no soy uno de ellos"         Yo y mi alma, perdidos del frescor.
SERENATA A Miriam Vengan las ventanas al anochecer Vengan las rosas y Vengan los frascos de perfume Que ella está muy solita y se oye:               "Mi alma de luto viste — Y se encuentra entristecida" Ay soledad Ya regresaron las guitarras a ponerte luna Ya vuelven los serenateros a gorgorear amor Y las calles se han ido levantando                          y ya clarean sus nieblas Oigan —Sí:                      "La rosa que tú me diste -fue cortada antes de tiempo" Nomás que hacen falta los jazmines del macetero Pero Qué digo yo jazmines Miren que el aire acaba de conocer su más dulce ramo Oigan respirar al silencio y Oigan aletear los corazones porque el pueblo ha subido arriba del sereno y la canción se lanza al firmamento:               ""No llores Niña — No llores — Que por tu llanto                             Me muero Yo" Versos y flores las ventanas se echaron a volar                      se quebró la guitarra                                            Vengan                      apaguen las poquitas estrellas                      que el albor arribó.
Puerta de golpe
MI PADRINO TIENE UNA PESADILLA Al Catire Hernández Se despertaba dando gritos: —Déjenlo! No se metan con él Déjenlo! Y abría tamaños ojos hasta que se encontraba de nuevo Entonces se tocaba el corazón Suspiraba... Ay cómo estaba cansado de ese largo viaje hasta tantos años atrás en los patios de café por los potreros, en las calles empedradas donde rechinaban los cascos de tanta bestia... —La noche está pesada - decía El tiempo está pesado - decía La vida está pesando mucho... mucho
MI MADRE SE DESPIDE A Régulo Villegas Qué tiempo es éste que no tiene sábados Qué tiempo es éste todo esperas Adónde están las fiestas que dijeron Los domingos que decían Dónde fueron! Perdida en mis enfermedades Asaltada por fieras hambres Dios Qué fue de tu misericordia! Me remedié con haces de leña Con remojo de ropas me sustentaba Pero este cuerpo no resistía su carga Agachado se hundía y se apagaba Ai fue cuando les dije a ustedes         —"Hijos que me han costado tantas muertes         Vayan y acójanse a otro pecho         Dios no desampara al que cría         Ya los veré si un día regreso" Só1o Dios sabe que al volver No tuve ya paz ni remedio El alma vuelta unos breñales y el corazón borrando nieblas         Jesús Por qué un pago tan grande         Dime por qué todo es tan negro         Si te ofendía nuestra pobreza         ¿Por qué nos aventaste al suelo?
DESPEDIDA DE LAURENCIO —Apúrate —Vamos Y vos lejos, más lejos —Vamos Y mucha gente, mucha gente Ay aparto la gente, me abrazan, lloran ¡Párate Laurel, Laurelito, Zorro, párate! Pasé la mano por el vidrio Vi tu nuca                 —donde te mataron— Ay que tengo miedo Siete Rucha, Mi Poe tengo miedo —No tengás miedo Zorro No tengás Miedo Mirá que hay flores Ves? Flores (Y el olor de la muerte sos Vos, Laurel) Y ahora todos llorando Todos y tranco las mandíbulas y aprieto la boca Todos llorando Todos Aquí comenzás cantar "...las aves cruzan los campos" Ay que tengo miedo Rucha, Mi Poe —Estoy aquí, muy cerca Zorro Bajamos los escalones                     "...todo es silencio y calma" Te asechan Te asechan ¡Te asesinan! Misa no hace un año que vinimos a otra No mires pa trás ¡No mirés! —Siete, Siete, oigo una música Es noche. Muy oscura se fueron las aguas                     "Por la cuesta del arroyo" Va sudando el de alante / Suda Y tocando la marcha Nos paramos en las esquinas por las posas / Le cae a uno agua bendita Tan pálido allí ¡Tan pálido!                          ¡Muerto! En la Iglesia agarré unas palmitas que te pusieron les dije —Hola Zorro, hola Laurel y me dijiste —Quiúbo Siete, Quiúbo Mi Poe? La casa de abajo toda reventada Iba llorando Y los almendrones: "Ay que este era el gallo de Laurencio / Cuídenle                          ese animal Ay que eso era adoración con él" Cambiaron los cargadores                          "sigue corriendo el agua, Suspiro..."                          (esa era su canción, su canción) Y ya pasamos la quebrada —Me pusieron un flux que era tuyo oís Rucha? A tu medida Dijo el Cementerio —Ya me traen al Laurel en sangre le tocaba el primero Voltiamos a mirar Arriba Arriba donde nacimos / donde nos levantamos a puro sufrir                          "Todo en silencio y calma                          y alrededor" Alrededor de la urna que ya está ensogada porque ya te van a bajar —El fluz que nos cambiamos Rucha, Vítes? Ya están discutiendo cómo bajarte —Mi Poe, Sietecito ¡No me dejés! Y los enterradores                          "eso estaba que era pura agua, ya está limpia" Pero ya comenzaron Ya comenzaron a taparte te ponen cemento y                          ya no veo la urna —Adiós Zorro                          (Tomá esta piedrita) Y comoibaquedarme con los demás No yo me Fui abajo bien abajo                          solo. Elevaban un volantín un volantín por el matadero y lejos                          "Las aves cruzan los campos" miré el cielo Voltié                                    Ya no eres más que Flores                                                                     Flores Oí —Adiós Rucha. Adiós Mi Poe, Sietecito                                                                      Adiós —Sí Zorro, Sí Laurel                      Adiós Se fue yendo la gente, yendo y unos pajaritos, unos pajaritos por el monte
VIEJO LOBO A Micha y Armando Romero Al decimocuarto domingo del año —Amanece! —dijeron Y yo salí a la luz Cuántas flores Rosas que duraron un golpe pues desde muy temprano mi alma sola repasó versos, frondas y amor en las hebras amargas. Y asi crecí entre hermanas suaves y tías católicas y por la edad de adolescencia zarpé lleno de sueños. Después pasaron lentos años se alejó el aire de los viajes y el viento me amarró a esta casucha ¡Qué plantas desgreñadas Y siestas Y noches que escribían en un oscuro diario! Un corazón ocupado de amores turbios, alma en vilo sin ley En cuanto a los demás: Perros sin fiereza acesando sobre mugres migajas —un dinero, un poder una vida de más preponderancia No es que yo fuera puro si no que al poco de correr vi entre ellos mi alma hirviendo y mascullando Y ya no me quedaba más que una huerteceja: tres matas de maíz y estos tapiales Ai vinieron ustedes. Y para qué vivir si no para recuerdos o para andar de arriba abajo que decían de mí Ay Dios Lástima de hombre! Y yo del fondo de mi vida hacía brotar un verso unn verso Sí un verso como una flor reseca y arrugada Y entredormido musitaba mi sueño: Irme, Irme muy lejos Quieres escucharme otra vez? "Adiós Adiós la Flor de este jardín...           Adiós su señoría El Obispo           Adiós Adiós al General... Frases de mi saludo a compás Y subo con mi bastón de vero pueblo arriba donde mis hermanas lloran por mi suerte. Desde lejos me odiaban y desde lejos yo también odiaba Yo era un resabio y era un asiento de bebida que tenía que dejarse Adiós las viejas fiestas, los poemas el gusto por los discursos de orden Otros llegaban más mezquinos, más prácticos: Un habla empalagosa y vulgar. ¡Cuarenta años entonces! Todo qué rápido y amargo.
EL PATIECITO A Pedro Parayma Me dijo mi padre el Dr. Ángel —Qué haces Rómulo? —Estoy desyerbando el patiecito     voy a sembrar              Pero... ¿Adonde está lo que te di Rómulo? De qué estás viviendo? —Bueno soy escribiente padre     Escribiente. —Entonces     No fuiste lo que yo soñé —Ay padre     lo que soñaste se te llevaron las aguas     Ahora sólo hay malezas malezas ¿ves?     Estoy limpiando el patiecito
DIARIO DE MI PADRE A Carlos Augusto León Todos los días a las tres de la madrugada una mano me toca por e1 hombro —"Rómulo Epa Rómulo ¡Vamos!" Todos los días a las tres de la madrugada digo —"Ah? Qué pasa?" —"Rómulo Epa Rómulo ¡Vamos!" Llueve Arden las estrellas Ventea Caminan las hojas por el techo Todos los días a las tres de la madrugada Tomo esta pluma Escribo:                 "Tres de la madrugada. Una mano desde el sueño                 me ha despertado" —"¡Rómulo!" Oigo el rumor de la quebrada Pasan los muertos Los gallos dicen a gritar
LLORANDO A NUESTRA MADRE ADOPTIVA A Luis Camilo                  —POLA! —Aquí estoy escribiendo esta carta     No ve que ya se va el coronel Llavaneras                  —POLA!     Ya voy     Tengo que terminar de acomodar estos recibos: No vaya a venir esa gente                  —POLA!     Tanta lidia!     ¿No ve que tengo que acabar estos panes? Son para el día                      de los Santos Inocentes —POLA! POLIMNIA.     No me dejes solo POLIMNIA!     Pero ella estaba en aquella fría tabla con la cara tapada     Amanecía     En la maletica pusimos sus vestidos, su agua florida     Nos llevamos sus cosas.
YO MISMO PASANDO POR ESTA VIDA A José Ramón Medina Arbol florido Todo él echado sobre el patio cabeceando sus hojas y entredormido Bueno Vivía allí una vieja con su perro Y yo mismo Niño Qué de invención de cielos Qué decir fuentes y aires idos Yo nacía y nacía Todos los días naciendo De unas nubes arreboladas De un cantío de gallos De unos pájaros...                          Venían quién sabe de qué vidas! El vicio de mirar inventaba y los inventos eran sacar tigres del                                          árbol soplar entre sus hojas Enredar los aires con caballos que nomás salían del ensueño encabritaban sus narices y ya no se les volvía a ver Miren aquel ovillo y enredijo de dias azules gritando                                  por los montes Y allí en el entretanto la vieja cargaba agua de un puente y el perro ladraba y perseguía a los espíritus mordiendo el aire y                  sacudiendo el polvo de aquel asendereado Así que una vez los vi remontarse muy lejos. Y yo que iba en unas                  ramas echando rocíos los llamé: —Abuela Abuela Adónde vas Adónde te llevas al perro —Adiós hijito Adiós —dijo Nomás que el mozo que yo era ni se fijó en el perdido arrebato que tocaban ni cómo el cielo se atornasolaba Y al ir al árbol                    Pues de lo de antes no salían sino huesos                    Huesos floridos y gentes demasiado jipatas Así se fue haciendo todo borroso y cada vez se veía menos aquel árbol florido y se puso el cielo turbio y comenzó a llover días y días Pasaron las gentes muy tristes —"Hace días que no amanece aquí" —decían "Pura Negrura. Nomás Pura Negrura —repetían Y cada vez pasaba más gente Cada vez más de prisa "Apúrenle!" Me di cuenta que ya la casa se iba Ojos míos vieron a lo lejos un niño Vieron una vieja y un perro junte a un árbol Quise fijarme bien Quedarme un rato Sí Pero ya me empujaban Muchos pasaban junto a mí de prisa muy de prisa                    Yo me afincaba y me afincaba Pero ya me borraban el corazón Ya lo borraban Nomás que Yo era sólo de temblor Ya un ensueño Aire en vilo.
De raÍz
NATIVOS A J. V. Abreu Nacimos en ese pueblo donde la gente vive preguntando por los de lejos —Eufrasio —Démen razón de Eufrasio —Ustedes no me han visto a Eufrasio? Ai se reían los otros y se iban al momento No sabían otra cosa. Y cuando caminábamos siempre íbamos por ese pueblo Lo que hay son puros extraños gente forastera que beneficia animales y los cuece de una vez para vender. Nosotros pasamos preguntando por una tierra —Hágame el favor Qué es lo que queda aquí?                         Cómo llaman por estos lados? Nombres distintos siempre Dentro de un tiempo. ¡Ni quien nos entienda! Íbamos buscando esa tierra Lo que antes eran caídas de aguas, musgos, olor de bosta Ai íbamos —No señor, que aquí no le conocemos esas iglesias azules esos animales Lo de por aquí no es nativo, viene de lejos Son nubes El alma de úno iba extrañándose Se alejaba. Veces que se estaba demasiado Nos parecía prestada —Decíme corazón Dónde estamos? Ya no estábamos Éramos una gente que iba caminando Unos buscábamos un pueblo, una tierra Otros ya no Y cuando mirábamos abajo Pues allí estaban esos poblados Ventas gentes forasteras que vendían carne sacrificada, dulces, hojalatas Otros le abrían puertas a la tierra Y se veían apretujados, unos encima de otros Humeaban Sacaban chispas Decirle a su alma:                                                     —Esto no es ni la sombra! —Cuidado con quedarse! Nos agarran por el pescuezo y nos sacuden la cabeza! Mírenme esto:                            Lo que una vez fuera un valle de truenos ya no es más que siseo. Otros tomaron los caminos, el agua, los lugares de airearse Quemazones era lo que se divisaba Troncos de cedro y apamate y toda madera iban por los días y las noches arreando hacia las construcciones Peladeros quedaban Pobres chamizales y un gran calor. Por debajo nos sacaban la sangre, por los pies se nos iba, sangre de úno a los remotos mundos... Tristeza sí. Tristeza de sentirse andando sin saber Qué dóndes, quí fines, qué muertes y qué purgas Son.
ESOS QUE VENIAN DE SICOQUE, LA MESA DEL PALMAR, LAS PAVAS... A Graciela Barreto Ai les estuvieron Dale que dale Y de lo que habian juntado en vidas muy apretadas de lo que habían resuelto en sus vidas estuvieron espulgándolos Después los cogieron a puntapiés los explayaron en los patios los cortaron por la barriga y quedaron convertidos en esos cueros que ponen por las tapias.
PLENO VERANO A Federico Moleiro Ahora sí que voy a sentarme Ya voy a ser piedra Ya voy a ser árbol Ya aquí echado voy a ser fosa Tumba voy a ser Ya hemos pasado muchas horas dando vueltas Mire —dice uno— Yo no soy esa motica que sube desde el suelo Yo soy tierra Pero al ratico ando vuelto un escarabajo "Epa Espéreme Ya voy Estoy empezando una sacudida" Hace más de cien años esto es pura tormenta La reverberación sale de todas partes De todas partes muerden Dicen que las palabras están perdiendo su alma que sólo saben nombrar muertes Y yo me despierto muy cansado El corazón me sabe a sed. Alma tóqueme aquí que quiero abrir un rato esta casa mía Quiero sacudirla que salga la quema Tóqueme que estoy solo hace más de cien años que esto es una gran quema Miren la ceniza la tierra pelada Es como si fuera a llover pero el agua no cae. Tanto tiempo sin ver más que el tropezar de los fantasmas La madre mía me llama desde una vieja guerra allí está sentada entre unas ruinas Unas topias Y esos son los perros en el incendio los perros que chillan en el incendio Déjennos descansar —dicen— Déjennos descansar que esto no es más que una muerte Sólo que queremos una muerte recta esa puerta. Créanme No los perturbaré No quiero más que acostarme Y echarme solo a ver Porque las puertas del cielo Son una reja negra Yo sé que no hay verdor pero estoy ya cansado Miren si hay para quejarse en esta casa donde todo el tiempoo están sonando unos potes y unos vientos de perros Bien sé que todo es restos pero de todos modos recuésteme y cuando vea esas ventanas llenas de hojas y ramitas Que salga música los cuartos —Alma— cuando diga a llover Llámame! —¡De donde esté yo vengo! Pero ahora en esta plaza seca Páseme un trapo humedo ¡Estoy asándome!
ABUELOS MUERTOS, TÍAS, RETÍAS Y DEMÁS SOMBRAS Hoscas conversaciones que llegaban Gentes del sueño Gentes del viento Eran árboles ventosos Golpes del corazón De una vez nos llevaban Nomás éramos una conversación Éramos árboles y gentes del sueño Almas erradas Errantes árboles Y furiosos dábamos vueltas a la vida Hurgando unas cenizas Hurgando unos rescoldos más allá de nosotros
Diablo viejo
LLORA, CANTA Y TERMINA ROGANDO A Marcos Miliani Bailando como un pájaro y asado en la candela va este pobre mortal por ser la vida tan negra y aquí cae y aquí vuela quemándose en este de momento infierno Pero al pasar la noche ceguecida que la aurora se aprueba Quien dijo "Malos Ratos — Perros Lobos                  Venga aquí la muerte!" No Señor Que ahora empieza la fiesta Y mírenme esta rama presa de frutas Y aquí está el agua Y aquí la sed goza Nomás de cristalino el pez en su remanso Nomás de flor esa perdiz por su pradera Ayayay               Que aquí mismito me dormí               Subíme al sueño sangrecita               Todito se me ha vuelto música               Todito Paraíso               Miren pues que ya me voy soñando               Gozando arranco las estrellas               Dios Mío si de verdad soy el de ahorita               No dejés que me devuelva al fuego
ALEGRÁNDOSE CON ESE AMOR QUE AÚN NO HA LLEGADO A Dalia Esa que le llamaba a las puertas de la muerte Y que su nombre era su fe Esa se llama Angélica Prenda ese dije en su corazón Que ai lo va buscando su suerte: Angélica es para beber Con ella no serás puro hueso Y Si antes no encontrabas una flor ahora de flores vas a ir preso Y de puro llorar risa te irás volviendo Véme bien Véme bien Angélica Y no me llames tan cerca de la muerte Venga tu alma como el sol Sea yo el alba y que en mí florezcas
EL ALMA DÁNDOLE DE BEBER Para Alberto Patiño Llene este vaso Llénelo y llévelo hasta su corazón Beba Haga beber su corazón Beba con sus ojos Beba con su frente Beba otra vez Ya está!                          Mire ahora ¿Qué me dice del Fondo? No ve acaso una flor? Sí Esa es la flor que anda en Usted Ai va su flor      Color de vida Sí      Bien puede ser el infortunio               Ai está el cielo bajo               Ya su peso te abruma               Contra las piedras dan sus huesos               Cuidado! Mire los arreboles               Aguante               Agárrese bien duro               Pero no vaya a asirse a una quimera               Es de la vida que se agarra el mortal Es del vaivén Ya viene el viente negro Ya le encima su muerte               Ya lo despedazó Vuelva Cierre los ojos Florecita Quién te ha mandado disvariar Mi corazón está cantando Dando brincos Volando está mi corazón
NO BUSQUE EL REMOLINO No Señor Quién dijo que su corazón era escudo? Mire las aguas bravas Fuente turbia Qué no habrán arrancado Y pobres bambuzales, barrancos, cuevas del puerco montaraz... Hablar con ellas? Qué puede responderse al sordo palcar de tanta piedra al barro al violento espumero? Pero quién le dijo que su corazón era escudo? Fíjese bien Escúchelo Es música de guerra? Piedras lavadas y aguas dulces Eso vendrá Aguas que conocen la rama en la orilla Y el pájaro que pesca en el vado ¡Al remolino Quién lo busca?
CON EL ÁNIMA BIEN TEMPLADA Para David Nada de escudriñar ni hacer ascos Tire al camino y dígale a su alma "Andando!" Ya sabe:              El pecador esta encerrado              Él es su cárcel ¿Si muerden? ¡Cómo no! ¿Las adivinanzas? Ai las tira la suerte vueltas perros Ni siquiera imagine Pero déjese ir que este camino es una fuente —Con la Ilusión esta vestida     De la Sorpresa hizo su espada     Y mire              Los afanes de un mago le hacen tercio De ese modo no tardará en volar Cierre los ojos Vaya recto Es lo que llaman una flecha No más el aire es lo adelante Elévese No tema —Los peligros, el mal, las asechanzas?     El ánima bien templada/salva la doliente criatura.
DESDE UNO Y OTRO LADO DEL AGUA No sabías quedarte pero allí estás rozando un agua y refrescando la piedra entre esas flores ¡Qué importa si es la oscuridad y si es el día Qué importa! No sabías quedarte y no sabías Irte para siempre Pero allí estás rozando el agua —¡No te levantes     El tiempo es tan hermoso... ¿Qué tienes en tu corazón? ¿Cantarás o sólo lanzarás un grito? Deja Deja tu corazón volar déjalo que tropiece en las ramas Aléjate! Aléjate! No eres mas que un aire! 1974
CON LOS OJOS PERDIDOS EN TUS MONTAÑAS A Nela Carmona Vertederos Se mira el monte y se ve el yelo Fulgor y más fulgor Ya se ven descender Puros peces/Nomás peces de altura/Peces que son haces de alba y celo de la nieve                                        Arrebatando/Arrebatando Véanlos caer/Muchachitos/Pichones/Garcitas/Emplumados de celofán y emplumados de amanecer                          Celajes de agua y agua de celajes que                          el frío ha dejado caer Vengan/Vengan pues               Díganle hablénle a mi corazón A mis ojos de mejor                                    Ver Al dormido que duerme en este pecho Benditos Reinos / Cielos Quietos y Acodados Soles Miren quién viene a saludar los sembradíos abiertos y los mantones                          de resiembra júntense pues y anúdense en sus aguas cielo y tierra Con la humedad recién nacida queden para siempre Labrantíos Terroneras de bueyes Techos de brasa fría donde las palomas y el viento se entreveran.
GAVILÁN BLANCO DE LAS SIERRAS A Vicente y Consuelo Venga conmigo y sea un gavilán que aspira al cielo Suba aquí Tenga sus ojos en el viento Échese este vestido Anúdese estas perlas Vea que se levantan las aguas Fíjese cómo todo es ya cielo —Cielo Ven     Nubes éstense aquí     Ahora las alas se le encienden     Ya siente el aire resoplando     Ya la pluma se agita y ya el día se revuelve     Quién dijo Céfiros y Quién querubines y quién luceros parejos     Miren lo que es la puerta de la luna     Aquí Aquí Noches veladas con luces de sirenas     Aquí tristezas que se fueron al cometa     Tráiganme el manto de los búhos que esto se refina más que el alba      Asciende Corazón     Asciende porque tuyo es este Reino     Aquí llegan los Adanes/Las Evas aquí llegan     Y noten qué sedas las que desenvuelve la nieve No sabía Aire que tuvieras tales veredas Qué de caminos y qué de arboledas naciendo He conseguido el color azul y estaba dormido Déjalo dormir Gavilán Blanco de las Sierras.
Viejo diablo
EL HIJO PRÓDIGO Démen lo poquito que sea —Pues bueno hijo, está bien, La madre llorándole y rogándole Cómo se resignaba? No es por nada —decía— El hombre es viento Ai se estuvieron regateando Pero Ya todo estaba listo: la maleta el caballo Diéronle la busaca! Y los consejos! Pero él pura impaciencia Ai mismito se les perdió de vista —Que así es la vida— se dijeron los viejos ¡Mírennos al muchacho! Y por su parte él dijo a andar y andar Ya por montañas, por laderas por llanadas ciudades y pueblos Aquello era un pasar La riqueza, el placer, Eso llevaba Gastaba con apetito En prudencia era un pichonzuelo ¿Dónde estará la vida? Preguntaba ¡Si será en esas torres! Las ventanas de las casas eran bien altas Los comerciantes se le apartaban Pasó el mar pero estaban las perlas agotadas Allí si vio querubines rostros Mujeres celestiales Pero igual iba agriándose y secándose Si No Necesidad Qué era? —Ya no quiero andar mas —dijo— Aquí me quedo Eso eran pegujales. Se echaba el pico y salian chispas Ai mismo arrió la brújula — Me vuelvo La vida se me yela Vino al regreso Y eso eran gente y gente —Mire Qué pasó Cuéntenos Ai mismo apareció una colina Una colina bien arrasada Y el arrase era de una casa bestias quemadas Las puertas Los techos eran tizones yertos —Dios Qué es esto! Y dónde están los viejos Y las muchachas Los peones Qué se hicieron? Era puro silencio Volvió la espalda y echó a andar Se veía al hombre yendo y yendo El camino iba por un desierto Salió el sol y volvió y se hizo tarde Abrió la luna y se vio un puerto Eso era una trampa Un hueso Un amargo hueso Los barcos aposentados lloraban Llegó una enorme tempestad La tempestad bramaba y bramaba Los Barcos Qué alaridos Entonces lo llamaron —Venga —le dijeron— Esta es su casa La casa era una gran noche. Oscuridad era esa casa Le decían —Vea donde estan sus viejos— Vea Y ai mismo quedó ciego Oiga Oiga dónde están Y en los oídos le ardió el yelo Se puso el ciego negro y él quejarse y quejarse Y el mar era blanco y era imposible y negro el cielo Ai salió él y detrás iba persiguiéndolo —No —decía— Yo no soy —Déjenme Pero al momento lo alcanzaron Y entró la noche y batió el mar Cosido a puñaladas sobre la arena aquel hombre boqueaba y arriba se veía el cielo hueco —Ay cómo has pagado hijo— decían los que escuchaban y miraban Y se pusieron todos a llorar.
La caÍda A Don Santiago Estaban ellos sumamente contentos entre tanta flor que todo les parecía perlas: La luna, las iglesias, eso era como ponerles vino en las bocas Bebían y se sentían estrellas olían y eran aires Y cuando andaban los yerbazales los cubrían Y si iban por el agua se volvían sus pies peces Y si querían volar ai mismo iban arriba Nadie les decía "NO!" De casas tenían unos rosales. Y ella le hablaba a él preciso Y él a ella era un solo y puro agrado Y vaya para aquí y andemos para aquel punto y en eso se recorrían por todo La tierra igual y el cielo igual y siempre aquel deleite Si acaso que en la oscuridad los asombraba un ángel o que de lejos tocaban músicas. Y de comidas eso era un hábito de tomar manaes y vinos de las hojas y las bandejas les volaban y las mesas se tendían solas Pero como se sabe había también una gran mata una gran mata negra de terciopelo negro Lejos Y la colina donde estaba era de sangre moviéndose y moviéndose y los pájaros estaban allí secos viendo y pendientes Y más acasito había un manzano y el manzano estaba siempre llamando y llamaba y llamaba y de las mismas hojas y de las ramas era puro llamar —Vengan —decían Vengan Y se sentía como un regusto, una provocación Vengan y cómanse esta florecita Un gajito nomás Y por la tierra era un recio aroma de comida Ai mismo apareció la serpiente que era magia de la noche y magia del dia que por sus lomos aleteaban gallos y por los ojos refusiles y adentro de ella se oían bailes y mucho canto La cabeza se le mecía como una flor y de sus oídos se cuajaba un perfume mareando y todo corazón volaba. Ese cuerpo echaba días y noches y se envolvía en raros plácemes Y al hombre le dijo —Que usted no sabe Que usted de verdad no ha tocado ni olido Que esto no es manaes ni vino ni comida sosa Y aquel era un darle y darle a entender —Que usted no sabe ... Que esto es más que elixires Pero él era de un material duro y seco él era de una piedra muy recia y aunque su corazón le diera vueltas y aunque su hígado se le revolviera No caía y No caía Y en cambio ella era húmeda porque estaba hecha de tela, un suave género y el dicho le debió entrar más bien por los pechos pues estaban hechos de flores y los pétalos de flores no resistieron y la culebra le rodeó los pechos, le dobló y le curvó como si estuviera en el patio, echada entre las matas y esa savia se suavizaba más y más y los condujo entre una claridad muy alta y allí los esperaban otros ojos y otras gargantas y aquello era un solo canto agua y trompetas y montañas... Y les vino otro oír, y aún ellos hacían por zafarse pero sólo amagaban Y sintieron un soplo un soplo áspero Y en medio del valle encima de una sangre aquel árbol tan negro y la sangre moviéndose y aquellos pájaros pendientes, vuelta y vuelta, Y subía el árbol y les cerraba el día y lo mismo les cerraba la noche. Y vieron unas hojas en el viento y a lo lejos unas flores resecas y se miraron y se estremecieron.
EL JUGADOR Yo soy como aquel hombre que estaba sentado en una mesa de                                               juego Y al promediar la tarde ya estaba bien basado Y dio y dio hasta que estuvo rodeado de montones de plata Y ya en la tardecita era puro de oro Y le llegaban mujeres y le ponian los brazos al cuello y él se reía Y estaba lleno de joyas, lleno de prendas y los ojos y las orejas eran de fina joyería y los bigotes y la barba eran de verdad piedras! Y muy Muy preciosas! Y a las nueve ya estaba en su apogeo Y la mesa y los jugadores y los que estaban en lo alrededor brillaban Y aquello eran nomás soles Y un gran sol que era él Y esa casa era un solo resplandecer y resplandecer Y mientras más entraba la noche más y más claro se hacía Y el tiempo iba y venia y así hasta que todo era una gran montaña Y el hombre estaba en el centro y en lo más alto del monte Y se veía como una enorme piedra roja y en lo alrededor todos eran de oro y todos de monedas riéndose con aquellos dientes que chispeaban y hablando con sus lenguas de porcelana y rubíes. Entonces eran como las doce Y el reloj dijo a dar las doce Y al ratico nomás quedaba la casa Y al ratico nomás quedaba la sala con la gente brillando y brillando Y ya no quedaba sino la mesa y los montoncitos de oro Y el hombre miraba a todos lados Y abría la boca y miraba Y desaparecieron las mujeres Y vio los montoncitos de ceniza Y se quedó desnudo Y se puso a llorar Ai se dio cuenta Que todo se le había vuelto noche Y resplandores Nada! Todo de luto y hosco Y esos ojos de él vieron una luz y volvieron en sí Y volvieron a mirarse como era él Y tendio la mano sobre los montoncitos de ceniza sonriendo Ya me voy —dijo Me voy como me vine —dijo "Adiós" Y se fue por lo oscuro.
aDIÓS
ADIÓS Para Antonio Luis Llovió y ha vuelto a llover y cayeron las hojas y el sol las abrazó y el viento vino y arrastró las hojas y sonó la hojarasca y otra vez cayeron las hojas y el sol las abrazó y vino el viento y el rocío se hizo en la yerba y se fue y abrieron los capullos y el insecto rompió la húmeda cáscara y voló y otra vez el pájaro que cantaba en la cuerda bajó a jugar bajo el rosal y volvió a su cielo y cantó y la mariposa estuvo dormida al amanecer y con el sol caliente subía                                                                                         [dando ligeros golpes y la lluvia la heló y otra mariposa voló por el jardín y el jardín de ayer quedó yerto y enrojeció y volvió a quedar yerto y pálido y las ramitas secas chasquearon y cayeron al césped y el sapo cambió de sombra y volvió a cambiar y ha buscado otra sombra húmeda y el gusano ha terminado de hilar y ya voló y ya volvió a hilar y el viento mueve la hoja que lo hospeda y los jejenes han ascendido en el vaho caluroso y caido con las aguas del cielo y se han levantado de nuevo porque otra vez ha sido el día caluroso y la hilera de hormigas corta el campo en el claro seco y boronoso y ahora                                                                              [regresa al patio sembrado y el ratón de monte ha dormitado largamente en su cueva y ha despertado                                                          [por muchos días corriendo en secreto lejos del búho y ha caído lejos de las garras del búho y el búho comió y pasó                                                          [noches de hambre y volvió a su comida y duerme este día y se despertó de nuevo y cazó la rata gris y un hombre encontró su pareja y se amaron y el hijo que nació encontró su pareja                                                                                                                      [y la amó y el hijo que de allí naciera encontró su pareja y la amó y de allí nació un hijo y el hombre murió y volvió otra muerte y se llevó otra vida y otra vida se apagó                                                                                                           [al entretanto y vinieron hermosas costumbres y cambiaron las viejas costumbres y otras costumbres y modales se cambiaron y se levantaron templos prodigiosos y los templos prodigiosos se fueron y llegaron                                                                                   [nuevos templos prodigiosos. Y se levantaron los ídolos todos de metal noble y refulgente y dieron vuelta y otro                                                                                   [rostro cubrió el rostro de ellos y otra vuelta cambió este rostro por otro de otra forma y el polvo hundió los ídolos y salieron flores del polvo y el desierto llegó a cantar                                                                                                       [un largo silencio y las ciudades despertaron y se durmieron y se ocultaron y desaparecieron y volvieron a nacer con sus comercios y sus tiendas y sus reyes y príncipes y poetas y bellas mujeres y mártires y guerreros y sacerdotes y santos y maestros y muchachos atarantados y viejos y la luna estaba dando vueltas y se encendía toda y se adelgazaba y se hacía tenue y se llenaba y se vaciaba de plata y volvía a llenarse y a subir tarde y tarde bajando                                                                                     [tarde y tarde y noche y noche y la tierra corría y corría y regresaba y corría y la tierra en la noche en la oscuridad        [dando su cara negra y rodando su cara deslumbrante y su azul ligero y su azul                                                                                          [negro y sus nubes y aladas y sus nubes estripotosas y deshechas con el mar que saltaba hacia su madre y saltaba                                                                                           [desde el pecho de su madre                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   [desde el pecho de su madre y con el viento que lloraba y cantaba como un niño y lloraba y cantaba como                    [una mujer y lloraba y cantaba como un anciano y como un perro y como un mar hasta que era otra vez viento y lloraba y cantaba y la tierra iba loca y bella entre sus madres entre sus padres loca como una jovencita                                                                             [y loca como una mujer en una fiesta y como un paso de baile y como una caída de flores y como un beso iba i venía mientras las grandes redes de estrellas subían y aleteaban como insectos desesperados de amor y como chispas que volaban desde la raza áspera y como cabelleras solas y como fuego solo                                                                                                                          [y como oro raptado y oro yéndose y oro viniendo y oro jugando en todas partes y moscas                                                                     [plateadas y anillos perdidos y collares y cuellos y rostros de mujeres exquisitamente desenvueltas y allí las noches soltaban sus amarras y se aprisionaban y amaban la noche hembra y la noche viril y el tiempo hembra y el tiempo varón y la vastedad toda y los círculos de vastedad que iban y venían a sí mismo y de sí mismos alejándose y entregándose y frotándose como dos hocicos de hembra y macho encelados, tigres, lobos en celo. Y ha vuelto a llover y dime qué sol ha venido y qué canción has oído y que mariposa                                                                                              [baja hasta la flor del patio y duerme y dame ese perfume que todo es un perfume y una esencia y una vaga brisa que llega                                                                                         [y se mueve anda y desanda y dime si adentro de ti no oyes tu corazón partir y si de ti todo se ha ido y todo está por llegar y todo está en viaje y todo es nuevo                                                                                                                    [y vuelve. Adiós Salud Adiós.


 

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