Martín López Vega

Poemas

 

Pablo Picasso: Retrato de Dora Maar

 


 

CAFFÈ GOTICO


	(Via della Stelletta)


Soy un animal propenso a la elegía. Debe existir
alguna taxonomía que me clasifique. He aquí
el mantra silencioso del Pantheon desde hace siglos,
he aquí las palmeras felices del Gianicolo,
he aquí el oro del otoño romano. Tengo en el cuerpo
aún la mirada de la mujer de ayer en el Caffè Gotico
como una invitación a intercambiar
las generalidades animales. El tiempo es una cuchilla
y rasga el aire del día, trae otra ciudad:
tú y yo en el mismo lugar. La elegía comienza.
Veníamos de la Via dei Portoghesi,
el corazón abierto sin anestesia.
Tantas cosas han cambiado desde entonces.
Se congeló el agua en las fuentes,
se descongeló y volvió a manar, sucia.
Ahora tengo todo cuanto deseo. Pero también
algo que no quiero y me persigue:
me tengo a mí, todo cuanto ya no tengo.
Sólo soy el que ya nunca seré.


AJEDREZ Dice: -El ajedrez tiene sus normas. El rey está atado de pies y manos, es la reina quien hace y deshace a su antojo. Yo prefiero la vida diagonal del peón. En el ajedrez no muere el caballo por la rabia, no hay una rebelión de peones ni es posible la locura pasajera de un alfil que mate a los suyos o a sí mismo por desesperación o amor. Y así será mientras las piezas respondan a un designio ajeno, a la mano que las dirige. Sólo es humano el enroque, el esconderse cuando huir no es ya posible. ¿Qué sería de las piezas, si libres?
ECUACIÓN (11-M) Nos enseñan a resolver pequeños problemas matemáticos: el corazón partido por dos, la melancolía que tiende a infinito, las permutaciones de la tristeza y la alegría, la raíz cuadrada del desasosiego. También algún teorema de apariencia extraña pero fácilmente demostrable: la felicidad = lo único que al compartirse se multiplica. Pero ¿cuál es la fórmula del sentido? ¿Cuál es el resultado de la operación que incluye la vida perdida, el viaje roto por la dinamita? El Gran Calculador calla. Y una pregunta más: si digo que el mundo sigue siendo, a pesar de todo, hermoso, ¿es que he hecho mal las cuentas?
OLÍMPICA PRIMERA. NADADORA A Gemma Mengual Gemma, todo tu cuerpo es de oro, eres la medalla del agua y el agua es lo mejor, el clásico lo dijo. Tu cuerpo es el verano y yo quiero vivir para siempre en el verano –eres tú la placidez del estío que no acaba, abierto como tu sonrisa, reflejo del sol en el agua. Un gesto tuyo a flote es la cifra de un estado de ánimo, verte sería ver pasar la vida si no fuera porque en ti la vida no pasa, está y ya no huye. Quién estuviera nadando en tu postal, que es día feliz. No eres mortal. Eres el verano, y te envidian los delfines.
GLORIA EN EL GRAN CANAL A Gloria Mascuñana El día puede ser ventana Puede ser espejo Ventana a través de la cual entra la luz que ilumina el mundo Espejo que devuelve un contrario y deja en tinieblas lo verdadero Hay días que amenazan a Occidente las velas del tedio A Oriente sólo huele a desventura El Norte es el país al que juré no volver El Sur es región de la que no existe mapa Entonces un espejismo quiebra el espejo del día y aparece tu recuerdo en un vaporetto que surca el Canal Grande dentro de ti por primera vez Vuelven tus ojos al descubrir la maravilla Quién fuera capaz de volver a mirar el mundo con ojos así Un espejismo quiebra el espejo del día Gloria en el Gran Canal Gloria en el Gran Canal
CAFÉ ATLÁNTICO Un viejo café colonial frente al puerto de una ciudad a la que vuelves, mas no regresas -no hay ningún recuerdo que haya permaneciddo salvo la lluvia de una tarde por lo demás ya lejana. Hay al lado un British Bar pero esto no es Lisboa y las agujas de todos los relojes corren en la dirección cierta. Hace un año escribiste aquí, bajo el volcán, versos que hubieran podido ser los últimos. Haces recuento: nada ha ocurrido desde entonces que justifique el arrepentimiento. Hoy la has conocido -y has abierto su bolso, buscando algo, y has entrado descalzo en su cuarto, habeis hecho el amor de esa forma mecánica aunque hermosa que aún sirve de alivio del cuerpo, pero no ya del alma. Dejas aquí su nombre, Laura, para cuando se haya borrado. Ha vuelto el ejercicio del amor, pero no su fuego. Al menos esta vez quedará algo en la memoria: la curva minuciosa de sus pechos, los sonidos del orgasmo -los mismos que repetiremos, a solas, en laa agonía.
BALADA DEL MAR DE ADRA Mar de Adra No eres el mismo mar de mi infancia No jugué en tus playas de arena negra No conozco el viento que agita tus palmeras No sé qué luz es esa intermitente en tu horizonte ni qué coches estos que cruzan veloces hacia lo desconocido Mar de Adra No llegué a ti por voluntad propia Aunque esté solo Aunque ahora te hable Mar de Adra No eres el mar que buscaba No es aquí donde desvelaré mi secreto No es este viento el que traerá el aroma de quien fui No es esa la luz que habrá de mostrarme el camino ni es esta la carretera por la que podría huir Mar de Adra No llegué a ti por voluntad propia Aunque esté solo Aunque ahora te hable No te conozco Mar de Adra Ni me conozco
CUMPLEAÑOS Dormía y el viento me ha dicho: Despierta. Toda la noche sonó la cítara: ahora oigo sus pasos felinos emprender el camino. Todos los amigos se han ido ya, uno a uno. He soñado con un río y un espejo de plata. La vida me ha llevado por caminos extraños. La cabeza me dice: tienes un año más. El corazón: son diez los años que han pasado. Bebo un trago y el vino me susurra: eres veinte años más joven. Hago la cuenta y lleno de nuevo mi copa.
OTRA ROSA Lleva días sobre la mesa. Una amiga me la regaló sin ningún motivo, como llega y marcha la felicidad, sin ninguna intención que pudiera hacerla símbolo de nada. Ahora que perdió el color y quedaron rígidos sus pétalos y tiene el olor de las cosas perdidas ahora dice que no se van sólo la felicidad o el amor, que se van también los días vacíos, que no hay salida en esconderse de la vida, que el final es el mismo, que lo que nunca empezó también termina. Y la vida ¿ya acabó? ¿Es tarde para revivirla?
POET’S CORNER

Claude Roy

Viajé en el barco en que viajamos todos, un navío lleno de fantasmas. Fui amigo de Su Dongpo y de Wang Wei: me ofrecieron su vino y continuaron la marcha. Me he despedido tantas veces que este último adiós no me asusta. Marchar por fin alivia: el trayecto es demasiado largo. Los rostros que amé se convirtieron en sombras. Los versos que escribí, las sombras me los dictaron durante el sueño. Ahora por fin volveré con quienes amé y me amaron, fantasma yo también en un mundo de fantasmas.

Yehuda Amijai

Al final sólo seremos ceniza. Las palabras nacen sin ser más que ceniza. Durante nuestra vida, nos dirigimos a mil metas diferentes. Las palabras nunca quieren ir a ninguna parte. Por eso nosotros andamos perdidos. Por eso las palabras duran.

Francisco Sá de Miranda

Volví de mis viajes con vino nuevo para Portugal y nunca dije no al licor antiguo de la propia tierra. No fue asunto mío, en este rincón de sentimentales, el soneto amoroso: preferí aleccionar a reyes. Dicen que fui austero, que busqué el saber y la justicia: como al resto de los hombres, jamás me comprendieron. Después de morir mi mujer y mi único hijo me entretuve en intentar desvelar el último secreto. Pero no me dejaron entrar en el reino de los idos. Ahora, por fin, cruzo esa última puerta: no me dejaron entrar vivo, pero entraré muerto.
ARS ANTIQVA

Arquero asirio

Nunca lanzarás esa flecha: antes de poder matar, te mató el tiempo.

Bailarina y dos mujeres tocando la flauta

En el silencio de la eternidad aún suena vuestra música silenciosa, aún se contonea, en su quietud, sensual y deseable tu cuerpo.

Escriba sentado

No es necesario que cuentes nada: puede leerse en tu piel el paso del tiempo, la sorpresa del amor en tus ojos, la de la muerte en las palabras que no escribiste.

Cabeza de Nefertiti

Da igual que seas tuerta, que tengas una oreja rota: has logrado enamorar al tiempo, y orgullosa sonríes.

Reina Tiye, mujer de Amenofis III

Tan sólo sobrevivió la boca, y, aun así, un labio está cortado. Pero no podría besar, ni decir nada. Sobrevive apenas para recordar el modo silencioso en que el tiempo habla.
PREGUNTAS AL GUSANO ¿Ya estás aquí, Gusano? ¿Tan pronto te presentas? Iluso fui al creer que me aguardarías, al acecho, en el pedazo de tierra que me esté reservado, que no sabría de ti hasta el día que asomarás la cabeza por el hueco de un ojo en mi calavera. Pero no, tu especie no conoce la paciencia: ya estás en mí, excavando un túnel en mi sueño negro, dejando tus babas en los recuerdos que aún no tengo. Avanzas en silencio, cuidando de no ser descubierto. Pero ¿a qué ese temor? ¿No sabes tú, como sé yo, que nada podría hacer contra tu victoria? Gusano, tú no eres tú, sino tu destino, y tu destino es el mío: no somos, pues, tan distintos. Creí que tuyo, de mi tiempo, sería sólo el que nunca tendré por mío. Pero también del que atesoro es tuya una parte. ¿Cuál es esa parte? ¿Qué monedas reclamas? No respondes. Avanzas en silencio. Sé que no es a mí a quien temes despertar: ¿Cuál será tu gusano, Gusano?


 

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