Miguel Florián
Todo cabe en los labios
(Todos los pájaros, el pájaro en la mano) I ...sul corpo che riflette la morte. S. QUASIMODO Atemporal la piedra -y el corazón sediento de un vino silencioso. (...Y los ojos acequias por donde mansa la claridad transita.) Recogida -cerrada- el alma sobre sí, vuelta hacia su cernada.
II Hoc est corpus meum HECHOS DE LOS APÓSTOLES Para que luego amarillee el liquen y se ahonde la adelfa adentro de la piel. La misma piel que confundió los pájaros, que fue espejo, agua limpia y secreta, que recogió unos labios y unas almas muy nuevas. Su alegría fue eso: ser piel que va cayendo hacia otra piel. (Y ahora musgo, ahora prisma de sombras en donde un dios ni un ángel, pueden ya reflejarse.) Somos sombras selladas que reflejan la oquedad desierta de otras sombras.
III ¿Dónde puedo encontrar un hombre que haya olvidado las palabras? CHUANG TSÉ Si nadie nos escucha: ningún dios (el mismo que a duras penas logramos entrever en el fulgor de otras pupilas). Huérfanos como somos, peregrinos de tantos paraísos.
IV Pronunció palabras solemnes en la lengua de los ángeles. TESTAMENTO DE JOB, 48, 3 Conocimos cómo hacen los juncos para cumplirse hasta su altura. Cómo logran detenerse un instante -y arder en su fanal de luz- las libélulas, y cegar con su fuego el mediodía. Pero ahora todo se vuelve sombra, identidad abúlica. Desolados, los hombres se recogen en su refugio frío de silencios, sin la palabra ebria que les entibie, y se nazcan y se abrasen en ellos.
V Voces que vienen de la piedra, del sueño G. SEFERIS Reconocer los ecos, las voces anteriores. La carne redimida por el canto que es ya piedra o pájaro en la boca.
y VI ...que mi palabra sea la cosa misma J. R. J. Todo cabe en los labios: la mujer encendida -el sacrificio inerme de los árboles: el incesante esfuerzo de la piedra por remontar el aire y romperse, ingrávida, en la luz.
 
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