Leonardo Ruiz Tirado
poetas, poetisas y otras anomalías
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(poeta viejo) con años y muchísimos papeles amarilleó su piel se hizo poeta grande, tan famoso pero todo fue inútil las arrugas volvieron los papeles irreconocibles para la chica del poema las canas no inspiraron respeto a lo viril, a los cuarenta y a los setenta años decidió intentar olvidarla pero todo fue inútil la recordó todavía más a los ochenta pero también fue inútil: ella nunca jamás pudo olvidarlo
(poeta mudo) ella era más bella que él mudo pero no dijo nunca nada no expuso sus palabras al mudo que la amó con la boca por el miedo cerrada y ella ignoró que él la amaba y él ignoró que ella le amaba luego se despidieron el silencio fue más fuerte que ellos
(poeta ciego) nadie lo vio venir al menos eso creyó él hasta el momento en que su punto de vista (o su cayado) coincidió con el otro que no lo vio venir
(poeta sordo) oía las trompetas sin caracol a Ariadna en el laberinto no oía el martillo sino el yunque oía sin orejas la armonía
(poeta manco) con la boca escribió no tener manos con la cabeza escribió no tener pensamientos ni malos ni buenos con una pierna escribió y postergó la partida con la otra pierna escribió y siguió en el mismo sitio y las palabras, solidarias le echaron una mano y las voces malcriadas le abofetearon y así hasta perder la última mano
(poetisa vestida) la carne siempre le aterró atándola por años a sus ropas los encajes la desencajan los lazos la sueltan los sostenes la tambalean la une al pudor el miedo a que vean su carne y el deseo
(poetisa desnuda) la única forma como viste una poetisa con sus mejores o sus peores trajes es estando completamente desnuda no ante los ojos del deseo no en la mirada del espejo estando completamente desnuda debajo de la piel
(el crítico) desde el sillón voltaire -profesional- defenestró líricas carreras ascendentes siempre fueron las ventanas su obsesión sin el vacío de las casas donde habita el poema no halló qué hacer con el vacío del poeta escribió esto arrellanado en su sillón para que la gente viera lo otro así era él por dentro: de fechas fichas movimientos escuelas tendencias ismos lleno como entendía todo impidió a poca gente leer mala poesía y lo que es peor (gracias a dios) a muchos, escribirla por temor a la academia
(poeta en el gobierno) con su flux tornasolado, estrechando mil manos sudorosas los lunes se allegaba a palacio rendía informes secretos en la cuerda floja que en la noche resumía a los del club planificando encuentros imposibles de críticos, artistas y poetas: asesores y en el club y en palacio se burlaban de él unos por su excesivo pragmatismo su terrenalidad, su inmediatez y otros por todavía creerle adicto a fantasías
(el suicida) -nada valenn los lauros que en la vida coronan los quehaceres cotidianos nada las horas de oro, las felices -nada valen las cosas las personas esas fueron sus últimas palabras cuando cansado ya de hipocresías se quitó la máscara de la vida
(el antiguo) poeta antiguo aquel del mester de clerecía el de lanza o misal que aún vive aquí sin ver -aeda miope- cómo se viene la vida tan jodiendo
(el jardinero) esta mañana cortó la más antigua rosa del jardín su agonía es ese olor para muy dulce sangre sin espinas o aroma rosa vieja esta mañana
(poeta niño) el aya le llevó al zoo él por supuesto se fijó en el mono y ella se entretuvo con el guarda él preguntó como sólo hablan los niños a las criadas ¿es poeta de nacimiento ese animal que devuelve todo lo que le dan?
(el borracho) se tambalea el mundo cuando pasa frente a mí rueda hacia todas partes me grita en el oído con la boca cerrada sólo espero la puerta de mi casa para entrar con la boca cerrada para algún día salir de aquí
(el pescador) de peces que puedan vivir después de pescados Juan de Mairena flota un banco de letras en aguas del leteo para que las palabras verdaderas se hundan poco a poco picó una de ellas mordió el gancho la única como un amor desea ser atrapado en redes de otro
(aladín el underground) a Benedicto debajo de esos puentes por fin mi madre es todo por fin todo es mi madre no puedo quedar huérfano de todo no puedo quedar huérfano de nada ya no ayuno: todo me alimenta ya no como: nada me alimenta sólo el viento de las lomas rocas árboles arena dispersa no acepto condolencias ni felicitaciones ni premios mi única condolencia es el dolor mi única felicitación es la alegría mi único premio es la derrota de lo real en manos de la magia
(poeta ido) paraíso amantísimo de vacas verdes donde te hundes en el muelle dorado del trigal inmensa esponja de oro y cellos dulces, roncos nadie quiere pero el mundo es como si no existiera más entonces vuelves ido de este mundo a este vacío
(poeta maldito) si el poeta no canta sufre la realidad ¿cuál? sufre por sus fantasmas ¿cuáles? da una imposible sensación de alegría más qué puede virgilio mostrar del nuevo mal a este poeta después de charles, de jean arthur se canta y no es ese viaje esa desolación sin lazarillo del camino esa errancia sin fin y sin comienzo hacia el poema todo poeta, si no canta si no baila, cae en el mal
(le petit dieu) soy un dios fugaz M. U. como un pequeño dios el poeta crea su minúsculo cosmos: veladores, jardines arenales bajo la lluvia el oficio de dios como poeta no del poeta como un pequeño ser divinal: permitir a las palabras la invención del paraíso la caída del ángel la elevación del pecador hacia un cielo mayor, hacia esa luna brillando casta en el infierno aunque una sola noche sin futuro
(poeta lesbiana) ella toca su cuerpo y es de seda toca su cuerpo y es deseada ella toca su cuerpo: está deseosa de sí, de ella misma toca su cuerpo y espejea hunde dos dedos en su propia tela de sus propias manos en su tinta
(el rijoso) no pudo ver jamás a la escritora aquella las piernas de seda ni a la pianista flaca de la orquesta sin (cuando ellas se dejaban) engendrarle un hijo el asunto es que con la verdulera y con la lavandera y con la dependienta de la librería fue lo mismo con la mucama la hechicera la heroína y las tres gracias también
(el psiquiatra) a Marisela Gonzalo Febres pasa adelante se sienta en el diván se acuesta luego, poco a poco interroga sobre las heces sus amores prohibidos le pregunta si las palabras causan algún efecto en ella en relación con sus deseos más antiguos le hace el amor y apenas (don de la contratransferencia) ella en el récipe lo nota en las palabras
(poeta glotón) a federico precedidas de dos o tres cervezas engullía palabras seguidas de dos o tres vinos blancos galletas tras turrones engullía trocitos de poemas fragmentos de pasticcios jarras de pepsi cola versos y raviolis elipsis deliciosas metáforas de queso con jalea de guayaba pleonásticas ensaladas rusas, césar asontados budines hotdog pavos trufados tortillas españolas y guisantes tocinillos del cielo sextinas de filetes palabras unas tras otras enrolladas en tenedor chorreantes en cucharas cortadas a cuchillo palabras palabras palabras
(poeta laureado) la corona en la frente vegetal y dorada dice poco las estrofas redondas los versos autosubsistentes los hemistiquios bien partidos la rima interna, los acentos hablan de un perfecto dominio ah y esa elegancia propia de los dandys modernos la donosura de sus frases su discurso impecable y erudito (en fin he dicho)
(poeta ridículo) a Wladimir Puche vive justo su camuflaje casi a punto de festejarlo ha querido ser pintor o poeta pero sobre todo nada de eso lo contrario y sólo es poeta porque sintió miedo del vacío, de la muerte, de vivir del vacío de la muerte de vivir (1980)
(poeta asexuado) en el asiento de al lado hay un poeta mira al cielo con el rabillo del ojo me mira como una tórtola a sus porpcorns mira no sé por qué mis medias mis pestañas me mira y sé que no le agrado ni le gusta aquel muchacho apuesto del asiento contiguo me asomo a lo que escribe: "no me gusta la chica de las medias rayadas no me gustan ninguno de los dos"
(poetisa desesperada) las que me llevan -y sus hilos de oro- al laberinto miden como trompetas la expectación de un rosto allá al final busco el cuerpo del ubicuo que llévanse las horas las impasibles
(deseada) pobre viento ignorante que ronda tu cuerpo y se acopla con increíble facilidad a las palabras tuyas pobres voces que oyes resbalar en la nada sin fondo donde estoy en tu cuerpo sed la de otros que nunca beberán de tus labios las palabras
(poetisa perdida) despídete de todo lo anterior e ignora lo que vendrá oculta por unos años a los hombres que enloqueciste no te pongas complicados vestidos cuando vengas a verme sabes innecesario endurecer para después -perdida- caer como una gota de miel entre mis dedos
(poeta contagioso) aislado por el saber tu cuerpo no me es extraño yo lo veo en la cámara bajo sábanas verdes poso mi boca en esa boca prohibida por la ciencia de los especialistas hay riesgo de vivir el resto de mis días postrada como tú hay riesgo de morir ay, pero ese cuerpo es mío
(Sísifo)Lo que hemos visto y cogido, eso lo abandonamos; lo que, en cambio, no vimos ni cogimos, eso lo llevamos a cuestas. Heráclitoceja la inspiración se hace trabajo noche y día para que en el poema no se note llevas la piedra hasta la cima y rueda para recomenzar a la mañana siguiente
(el oscuro) en el instante se hacen lumínicas las cosas y tanta luz enferma, agobia causa el mal la esperanza en la razón no la embriaguez, la lúcida locura prevista ya en la idea, en el pretexto el poema cae como una sábana oscura sobre la vida y lo no visto cae para que todo lo demás fluya y se eleve, cante
(poetisa extraña) tengo tu cuerpo, bella de ese hueco no sale nadie ileso vivaqueo en tu espalda y en tu vientre como en una montaña que he dominado y aún me inspira miedo el misterio nos redime del mal de haber nacido y tu cuerpo ha de ser extraño o no será
(poeta culpable) soñé piedras pesadas la espada centelleante del destierro todo trae sin piedad las palabras del tártaro a exultarme su verdad su cohesión soñé serpientes del erebo en el cuerpo de la hija, gestiones infernales, túneles del encierro soñé la angustia nueva, negra la palabra sin prez, sin atributos
(poetisa insuficiente) si tus palabras son tan intensas ¿cómo es que sólo nos prolongan? no me basta tu belleza no me basta tu amor, no me basta la intensidad de tus palabras Pero es imposible ir más allá
(poeta neurótico) suelto a las sensaciones de ambos pensamietos a otro sosiego repentino a una tormenta de invenciones él se torna sereno sin que medien palabras y se afianza con sangre con hojillas de una gracia orgullosa fantástica se retuerce en silencio y grita adentro con el don poderoso de la angustia
(poeta decapitado) la cabeza por la página rodó y tal era su amor loco que el último suspiro el último pensamiento del poeta fueron para ella por quien había perdido momentáneamente la cabeza
(la insaciable) hizo el amor con dos o tres poetas inéditos al principio cuando insaciable su vulva a los laureados accedió se fue borrando en el placer se fue borrando y con toda esa gente hizo el amor
(poetisa cleptómana) robaba en las tabernas a sus amigos líricos las servilletas fue formando aquel libro hecho de otros, no de sí de cadáveres y cuando el editor comenzó a recibir faxs amenazantes de los secuestrados soltó ella una gran carcajada
(el nauta) ay un espléndido día allá abajo: no lloverá jamás sobre esa villa la sangre de las musas! ay un cirro es el ojo de una china desnuda que se perdió en el desierto íngrimo de su noche! yo sigo acá colgado de una estrella: no lloverá jamás la oscura sangre sus líricas proezas su impaciencia
(poeta apátrida) siempre quiso ser extranjero en alguna parte viajó mucho adquirió máscaras, fetiches botellas de colores enseñas de otros mundos y perdió el humor ácido de aqui acentos retrecheros, divertidos por huir por hiperbóreo
(el asesino) cargada la pistola y afilado el puñal muy baja la boina, la gris (asordinadas palabras que la sangre no mancha los testigos no ven la victima no puede sobrevivir jamás a las palabras)
(el fotógrafo) cruzar la luz la corta distancia de un close-up de palabras que se agrandan cuyos ojos y bocas invaden el papel como un retrato que besa
(poetisa menor) eres la poetisa menor de la antología te invento: no mereces el menor comentario entre dos fechas olvidada estarás mejor apócrifa, ninguna
(la prostituta) por un siglo de oro por un libro de poemas por un soneto por una cuarteta por un verso de Góngora por una palabra por una sola letra era capaz de darse toda en las más humillantes posiciones
(poeta rico) compró un rolls amobló un penthouse tuvo un bar con escoceses y champaña encuadernó a Homero en piel de nutria y qué pasó para inspirarse tuvo que ir a pie arrendar baratas buhardillas beber ron amargo en las tabernas y olvidar a los clásicos
(poeta pobre) compró una olla pero no hubo nada que guisar en ella compró una sopa concentrada la cocinó en la olla para toda la familia no hubo nunca una cena más digna del poema no hubo nunca una sopa más anodina para el hambre de toda la familia
(el alquimista) apaciguad este metal E. Pound trasmutó el oro en barro en ataúd el árbol el aire en nada el hierro lo hizo daga orinosa noche el día a ti, otra pero lo transcendente hacía mejores días quedó igual o peor el mal está en el barro y en el oro
(el voyeur) mirar de frente el sol hasta que rápido se diluya la cera entre las manos
(poeta joven) para que al menos en sus versos no envejeciera nada ni el amor, ni sus cuitas ni el cuidado para evitar que el tiempo borrara a sus amantes a los veintitrés años sin haber logrado la obra dejó de escribir
(poetisa entrada en años) una poetisa entrada en años para poder desnudarse ante su amante prefiere el claroscuro no porque con los años la carne haya venido a transformar su piel en luna llena sino porque la penumbra distrae su memoria de días luminosos aunque ahora ha aprendido a amar de veras aunque su corazón -fruta maciza- foguee al más rebelde encienda al más pintado