Josefa Parra

Poemas

 

Alessandro Turchi: Baco y Ariadna

 


MÁS RAZONES PARA LA ESCRITURA Qué inmensa la tristeza de un cuerpo que has amado, qué abandono tan cruel su peso entre las sábanas señalando inequívoco las ausencias futuras: la muerte, el desamor, la enfermedad, el tiempo. Perfecto en su belleza de un instante. Inasible. No hay modo de retenerlo así. Ni las palabras podrían suspender esa condena de la fugacidad: escribe y calla. Que un verso lo sostenga en el vacío, que milagrosamente se eternice cuanto vas a perder. No es suficiente que hayas amado mucho y hasta el fondo. Antes de que la luz se apague, escribe. Escribe, escribe, simplemente escribe. Del libro La hora azul (Ed. Visor, 2007)
"Sólo es hermoso el hermoso cuando alguien lo mira"                                                                                                SAFO No sabéis cómo duele la belleza. Infecunda, abierta sobre el lecho, la carne fulgurante me adelanta un futuro donde estaremos solos. Coronadme de acónito, no de frescos laureles, no de rosas fragantes, no de ramas de mirto. Coronadme más bien para un día de llanto; hacedme más hermosa, más triste, más oscura. (Estoy viéndome ya enlutada y ajena) Coronadme de flores amargas de cicuta, no de tallos de eneldo ni de enredados pámpanos. (Estoy viendo el dolor desde que os he mirado, pero no me arrepiento de este amor sin fortuna) De la plaquette Idolatría (Col. Siete Mares, 2007)
EDÍPICA Ajena tras la puerta de la alcoba, va desabotonando su vestido. Debajo, casta seda: combinación, encajes. Y más debajo, seda también, recuperada, nácar y leche, blanquísima la carne de mi madre desnuda, un pecho que convoca mi recuerdo y me hace salivar, hambrienta todavía. Del libro Cañada de la Loba (Del Centro Editores, 2012)
ARIADNA RECUERDA Ahora que un dios habita mi carne y que sus manos hacen crecer planetas y estrellas en mis hombros, pienso en ti, hombre sin puerto, pérfido hombre, en tus manos de arena y de miseria. Cambiaría los días inmortales por un gesto, una mueca de tus labios, oh Teseo fugaz. Lo cambiaría todo por regresar al laberinto, por tocar una vez tus turbios dedos para darte el ovillo. Del libro inédito (en construcción) Materia combustible
LUGAR DE PASO Sé que el amor es un lugar de paso, una pausa de lumbre en medio de la nieve, un segundo de gloria. Sé que estaremos en mitad del frío con una mariposa de aceite y una excusa para seguir velando. Y que te miraré como si fueran para siempre los ojos, para siempre las ganas, el amor para siempre. Aunque es tan breve el ascua de los cuerpos, si alguna vez la huella dura más que el camino, aún merece la pena. Del libro inédito (en construcción) Materia combustible


 

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