Gérard de Nerval

Les chiméres (Las quimeras)
Traducción y notas de Pedro José Vizoso


Alberto Durero: Melancolía


GÉRARD DE NERVAL
(1808-1855)

Gérard de Nerval nace en París en 1808. El padre es médico militar de los ejércitos napoleónicos. La madre muere cuando Gérard tiene dos años. Esta pérdida dejará en él profunda huella. Inicia muy pronto su actividad literaria, con unas poesías encendidamente patrióticas que ahora, quizás, sea prudente olvidar. A los veinte años publica una traducción del Fausto de Goethe que le da celebridad. Entregado después a un periodismo tan febril como efímero de crónicas teatrales y fantasías ligeras, vive en plena bohemia literaria, con sus amigos los «Jeune-France»: Théo Gautier, Arsène Houssaye, Petrus Borel, Philothée O’Neddy... Dilapida valientemente una herencia que le deja su abuelo en la fundación de una revista, Le Monde dramatique, con el fin de ensalzar a una actriz, Jenny Colon, de la que se ha enamorado locamente. Con Dumas, Méry o Maquet escribe en colaboración obras para la escena. En febrero de 1841, de vuelta de un viaje por Alemania, sufre una crisis de locura y tiene que ser internado en un sanatorio. Recientes investigaciones parecen demostrar que de este primer «descenso a los infiernos» datan algunos de los sonetos de Las Quimeras. La crítica, en todo caso, omite aclarar por qué Nerval elige, para plasmar sus alucinaciones, una estructura tan cerrada y compleja —y de tan escaso prestigio entre los románticos— como el soneto. Quizás la explicación estriba en una apremiante necesidad psicológica de rigor frente al desarreglo de sus procesos mentales. Sea como fuere, el cotejo de las fechas parece concluyente: los sonetos de Las Quimeras son el resultado de la demencia del poeta. Tras una primera curación, Nerval emprende un largo viaje a Oriente que lo llevará por Egipto, Siria, Rodas, Chipre y Constantinopla. Su Viaje al Oriente, publicado años después en dos gruesos volúmenes, uno de los libros más fascinantes de la literatura francesa, contiene el relato de este periplo, y en él se mezclan lo vivido y lo leído, lo real y lo imaginario... En los tres últimos años de su vida, Nerval, previendo quizás, con vertiginosa lucidez, el fatal desmoronamienmto de su razón, entre recaída y recaída, se va reconstruyendo con minuciosa desesperación. Reúne sus escritos dispersos y los corrige y reelabora febrilmente. En breve espacio de tiempo da a la imprenta sus mejores obras: Los iluminados (1852), Pequeños castillos de bohemia (1853), Las hijas del fuego y Las quimeras (1854), y Aurelia (1855), testamento sobrecogedor donde, con humildad conmovedora, nos revela el proceso de su propia locura... Prematuramente envejecido, peregrino en un París ya nocturnal, pobre, sin domicilio fijo, desenganchado de la realidad, a insalvable distancia de sus viejos amigos, en la madrugada del 26 de enero de 1855 se le encuentra ahorcado en un callejón del viejo París. Había pasado un invierno terrible tras su última salida del sanatorio. Uno o dos días antes había dejado esta nota para su tía, en cuya casa se alojaba: «No me esperes esta tarde, porque la noche será negra y blanca». Considerado durante mucho tiempo como un simple aunque feliz cronista de la vida artística de su época, el tiempo y la dedicación de unos pocos lo han situado en el lugar que merece en la historia de la literatura: el que le corresponde como uno de los fundadores de la poesía moderna. Algo aún más sorprendente habida cuenta de la brevedad de su obra poética: aparte de sus composiciones juveniles, de valor meramente testimonial, un puñado de poemas que no pasarán como mucho del medio centenar.



"EL DESDICHADO"

Je suis le Ténébreux, -le Veuf, -l'Inconsolé, 
Le Prince d'Aquitaine à la Tour abolie:
Ma seule Étoile est morte -et mon luth constellé
Porte le Soleil noir de la Mélancolie.

Dans la nuit du Tombeau, toi qui m'as consolé,
Rends-moi le Pausilippe et la mer d'Italie,
La fleur qui plaisait tant à mon coeur désolé,
Et la treille où le Pampre à la rose s'allie.

Suis-je Amour ou Phoebus?... Lusignan ou Biron?
Mon front est rouge encor du baiser de la Reine;
J'ai rêvé dans la grotte où nage la Syrène...

Et j'ai deux fois vainqueur traversé l'Achéron:
Modulant tour à tour sur la lyre d'Orphée
Les soupirs de la sainte et les cris de la Fée.


EL DESDICHADO [1] Yo soy el tenebroso, el viudo [2], el desolado, Señor de la aquitana torre que el rayo hendía [3]: muerta mi estrella [4] está, mi laúd constelado el negro sol ostenta de la Melancolía [5]. En la noche del túmulo, tú que me has consolado devuélveme de Italia Posilipo [6] y bahía, la flor que de mi espíritu doliente fue el agrado y la parra en que el pámpano con la rosa se unía. ¿Quién soy? ¿Amor o Febo?... ¿Lusiñán o Birón? El beso de la reina mi frente ha abrasado; en la gruta en que nada la sirena he soñado... Y dos veces las aguas crucé del Aquerón: modulando a intervalos en la lira sagrada el gemir de la santa y los gritos del hada.
MYRTHO Je pense à toi, Myrtho, divine enchanteresse, Au Pausilippe altier, de mille feux brillant, À ton front inondé des clartés d'Orient, Aux raisins noirs mêlés avec l'or de ta tresse. C'est dans ta coupe aussi que j'avais bu l'ivresse, Et dans l'éclair furtif de ton oeil souriant, Quand aux pieds d'Iacchus on me voyait priant, Car la Muse m'a fait l'un des fils de la Grèce. Je sais pourquoi, là-bas, le volcan s'est rouvert... C'est qu'hier tu l'avais touché d'un pied agile, Et de cendres soudain l'horizon s'est couvert.

Depuis qu'un duc normand brisa tes dieux d'argile, Toujours, sous les rameaux du laurier de Virgile, Le pâle Hortensia s'unit au Myrte vert!


MIRTO [7] Mirto [8], yo pienso en ti, oh divina hechicera del altivo Posílipo [9] que fulge incandescente, en los negros racimos de tu áurea cabellera y en tu frente que baña la alta luz de oriente. En tu copa he bebido sagrada borrachera y en la lumbre furtiva de tu mirar sonriente, cuando a los pies de Baco [10] orando se me viera, pues la musa me hizo de Grecia descendiente [11].

Yo sé por qué el volcán se ha encendido otra vez. Es que ayer lo rozaste con tus ágiles pies y un manto de ceniza sobre los cielos flota [12].

Rompió tu dios de arcilla normando soberano [13]. Desde entonces, debajo del laurel virgiliano [14], entre verdor de mirtos, blanca, la hortensia brota.


HORUS Le dieu Kneph en tremblant ébranlait l'univers: Isis, la mère, alors se leva sur sa couche, Fit un geste de haine à son époux farouche Et l'ardeur d'autrefois brilla dans ses yeux verts. "Le voyez-vous, dit-elle, il meurt, ce vieux pervers, Tous les frimas du monde ont passé par sa bouche, Attachez son pied tors, éteignez son oeil louche, C'est le dieu des volcans et le roi des hivers! L'aigle a déjà passé, l'esprit nouveau m'appelle, J'ai revêtu pour lui la robe de Cybèle... C'est l'enfant bien-aimé d'Hermès et d'Osiris!" La déesse avait fui sur sa conque dorée, La mer nous renvoyait son image adorée, Et les cieux rayonnaient sous l'écharpe d'Iris.
HORUS [15] El dios Neftis [16], temblando, sacudía los mundos: Isis, la madre, entonces, se levantó del lecho y a su esposo salvaje contempló con despecho: brilló el ardor de antaño en sus ojos profundos. "¡Mirad -dijo-, se muere este viejo truhán, las escarchas del mundo pasaron por su boca, atad su pie torcido, cegad su órbita loca: es el rey del invierno, dios de todo volcán. Pasó el águila, el nuevo espíritu [17] me llama, para él de Cibeles la veste me entalama... ¡Es el vástago amado de Hermes y de Osiris!" La diosa huyó en la grupa de un caracol sonoro. El mar nos devolvía su reflejo de oro y el cielo relumbraba bajo el manto de Iris.
ANTEROS Tu demandes pourquoi j'ai tant de rage au coeur Et sur un col flexible une tête indomptée; C'est que je suis issu de la race d'Antée, Je retourne les dards contre le dieu vainqueur. Oui, je suis de ceux-là qu'inspire le Vengeur, Il m'a marqué le front de sa lèvre irritée, Sous la pâleur d'Abel, hélas! ensanglantée, J'ai parfois de Caïn l'implacable rougeur! Jéhovah! le dernier, vaincu par ton génie, Qui, du fond des enfers, criait: "Ô tyrannie!" C'est mon aïeul Bélus ou mon père Dagon… Ils m'ont plongé trois fois dans les eaux du Cocyte, Et, protégeant tout seul ma mère Amalécyte, Je ressème à ses pieds les dents du vieux dragon.
ANTEROS [18] ¿Sabéis por qué en mi pecho late tanto furor y mi cabeza indómita hincha un cuello obediente? Porque soy de la estirpe de Anteo [19] descendiente y devuelvo las flechas contra el dios vencedor. Porque yo soy de aquellos que alienta el vengador: con sus labios airados me ha marcado la frente. ¡Bajo la palidez de Abel, de sangre fuente, de Caín tengo a veces el insano rubor! El último, ¡oh Yavé!, por tu genio vencido que en los hondos infiernos gritaba "¡Oh tiranía!" fue mi ancestro Baal [20], fue mi padre Dagón [21]... En aguas del Cocito [22] tres veces sumergido, mi madre Amalecita [23] yo solo defendía y sembraba a sus pies los dientes del dragón [24].
DELFICA La connais-tu, Dafné, cette ancienne romance, Au pied du sycomore, ou sous les lauriers blancs, Sous l'olivier, le myrte, ou les saules tremblants, Cette chanson d'amour... qui toujours recommence?... Reconnais-tu le Temple au péristyle immense, Et les citrons amers où s'imprimaient tes dents, Et la grotte, fatale aux hôtes imprudents, Où du dragon vaincu dort l'antique semence? Ils reviendront, ces Dieux que tu pleures toujours! Le temps va ramener l'ordre des anciens jours; La terre a tressailli d'un souffle prophétique Cependant la sibylle au visage latin Est endormie encor sous l'arc de Constantin: -Et rien n'a dérangé le ssévère portiqueee.
DÉLFICA [25] ¿No recuerdas, oh Dafne, esa antigua canción, al pie de algún sicómoro, de laureles lucientes, bajo olivos y mirtos, bajo sauces dolientes, este voluptuoso e inacabable son? ¿Reconoces el Templo, ciclópeo partenón, los limones acídulos que mordían tus dientes y la gruta fatídica al viajero imprudente, do yace el viejo semen del vencido dragón? ¡Regresarán los dioses por los que siempre lloras! Volverá el tiempo al orden de las antiguas horas; un profético soplo sacudió al orbe entero... No obstante, la sibila, la del rostro latino, duerme aún bajo el arco que erigió Constantino: -Y nada ha perturbado su pórtico severo..
ARTÉMIS La Treizième revient... C'est encor la première; Et c'est toujours la Seule, -ou c'est le seul moment; Car es-tu reine, ô Toi! la première ou dernière? Es-tu Roi, toi le Seul ou le dernier amant?… Aimez qui vous aima du berceau dans la bière; Celle que j'aimai seul m'aime encor tendrement: C'est la Mort -ou la Morte... Ô délice! ô tourment! La rose qu'elle tient, c'est la Rose trémière. Sainte napolitaine aux mains pleines de feux, Rose au coeur violet, fleur de sainte Gudule: As-tu trouvé ta Croix dans le désert des Cieux? Roses blanches, tombez! vous insultez nos Dieux, Tombez, fantômes blancs, de votre ciel qui brûle: -La Sainte de l'Abîme est plus sainte &aamp;aamp;à mes yeux!
ÁRTEMIS [26] La Decimotercera vuelve... y es la primera; y es la Única siempre, o es el único instante; porque oh Reina, ¿eres tú la inicial o postrera? ¿Eres tú, Rey, el único o el último amante?... Amad al que os amó de la cuna en la fosa; la que sólo yo amaba me ama aún con ternura: es la muerte o la muerta. ¡Oh delicia, oh tortura! La rosa que ella lleva es una Malvarrosa. Santa napolitana de manos que son flamas, rosa de Santa Gúdula, flor de botón morado: ¿En los Cielos desiertos tu Cruz has encontrado? Caed albos fantasmas de vuestro cielo en llamas: ¡Rosas blancas que para mis Dioses sois abrojos! -¡La Santa del Abismo más santa es a miiis ojos!
LE CHRIST AUX OLIVIERS Dieu est mort! le ciel est vide... Pleurez! enfants, vous n'avez plus de père! JEAN-PAUL I Quand le Seigneur, levant au ciel ses maigres bras, Sous les arbres sacrés, comme font les poètes, Se fut longtemps perdu dans ses douleurs muettes, Et se jugea trahi par des amis ingrats; Il se tourna vers ceux qui l'attendaient en bas Rêvant d'être des rois, des sages, des prophètes... Mais engourdis, perdus dans le sommeil des bêtes, Et se prit à crier: "Non, Dieu n'existe pas!" Ils dormaient. "Mes amis, savez-vous la nouvelle? J'ai touché de mon front à la voûte éternelle; Je suis sanglant, brisé, souffrant pour bien des jours! Frères, je vous trompais: Abîme! abîme! abîme! Le dieu manque à l'autel où je suis la victime... Dieu n'est pas! Dieu n'est plus!" Mais ils dormaient toujours!
CRISTO EN EL MONTE DE LOS OLIVOS [27] ¡Dios ha muerto! El cielo está vacío... ¡Llorad, hijos!, ¡No tenéis padre ya! JEAN-PAUL I Alzó el Señor al cielo sus brazos descarnados entre los sacros árboles, cual hacen los poetas, y se hundió largamente en sus penas secretas, y vio que sus discípulos lo habían traicionado. Y miró a los que abajo lo esperaban echados, soñando con ser reyes y sabios y profetas... perdidos en su necio sueño de marionetas, y gritó: "¡Dios no existe! ¡Os había engañado!" Dormían. "¡Oh, amigos! ¿Sabéis la novedad? Llegué a rozar la bóveda de la inmortalidad; estoy sangrando, roto, largamente sufriendo. Hermanos, os mentía: ¡Abismo, abismo, abismo! ¡En el ara en que soy la víctima yo mismo Dios no está, Dios no existe!" Mas seguían durmiendo.
II Il reprit: "Tout est mort! J'ai parcouru les mondes; Et j'ai perdu mon vol dans leurs chemins lactés, Aussi loin que la vie, en ses veines fécondes, Répand des sables d'or et des flots argentés: Partout le sol désert côtoyé par des ondes, Des tourbillons confus d'océans agités... Un souffle vague émeut les sphères vagabondes, Mais nul esprit n'existe en ces immensités." En cherchant l'oeil de Dieu, je n'ai vu qu'un orbite Vaste, noir et sans fond, d'où la nuit qui l'habite Rayonne sur le monde et s'épaissit toujours; Un arc-en-ciel étrange entoure ce puits sombre, Seuil de l'ancien chaos dont le néant est l'ombre, Spirale engloutissant les Mondes et les Jours!
II Siguió: "¡Todo está muerto! Atravesé los mundos por caminos de estrellas, llegué en peregrinaje allí donde la vida, de sus vasos fecundos, derrama arenas de oro y un argénteo oleaje: Doquiera hallé el desierto ciñendo soledades, de convulsos océanos, las foscas tolvaneras... Mas no habita alma alguna estas inmensidades: un vago soplo mueve las errantes esferas. Busqué el ojo de Dios: vi una cuenca vacía, vasta, negra, sin fondo, de la noche morada, que irradia sobre el mundo y sin cesar lo enfría. Un extraño arco iris nimba esa sima helada, umbral del caos antiguo cuya sombra es la Nada, una espiral que Mundos y Días absorbía.
III Immobile Destin, muette sentinelle, Froide Nécessité!... Hasard qui t'avançant, Parmi les mondes morts sous la neige éternelle, Refroidis, par degrés, l'univers pâlissant, Sais-tu ce que tu fais, puissance originelle, De tes soleils éteints, l'un l'autre se froissant... Es-tu sûr de transmettre une haleine immortelle, Entre un monde qui meurt et l'autre renaissant?… Ô mon père! est-ce toi que je sens en moi-même? As-tu pouvoir de vivre et de vaincre la mort? Aurais-tu succombé sous un dernier effort De cet ange des nuits que frappa l'anathème?... Car je me sens tout seul à pleurer et souffrir, Hélas! et si je meurs, c'est que tout va mourir!"
III "¡Oh Inmutable Destino, centinela silente, fría Necesidad...! ¡Oh Azar que te insertas bajo la nieve eterna de las esferas muertas, y al pálido universo enfrías lentamente, ¿sabes bien lo que haces, potencia original, con tus soles fantasmas que entre sí se deshacen? ¿Esperas infundir un hálito inmortal entre un mundo que muere y otro que renace? ¡Padre mío! ¿Eres tú a quien siento en mi carne? ¿Reinas sobre la muerte? ¿Puedes resucitarme? ¿O es que has sucumbido a la maldad postrema del Ángel de las noches al que hirió el anatema? Pues me siento muy solo en llorar y sufrir, y si muero es que todo, ¡ay de mí!, va a morir."
IV Nul n'entendait gémir l'éternelle victime, Livrant au monde en vain tout son coeur épanché; Mais prêt à défaillir et sans force penché, Il appela le seul -éveillé dans Solyme: "Judas! lui cria-t-il, tu sais ce qu'on m'estime, Hâte-toi de me vendre, et finis ce marché: Je suis souffrant, ami! sur la terre couché… Viens! ô toi qui, du moins, as la force du crime!" Mais Judas s'en allait, mécontent et pensif, Se trouvant mal payé, plein d'un remords si vif Qu'il lisait ses noirceurs sur tous les murs écrites… Enfin Pilate seul, qui veillait pour César, Sentant quelque pitié, se tourna par hasard: "Allez chercher ce fou!" dit-il aux satellites.
IV Nadie gemir oía a esta víctima opima que al mundo ofrece en vano su corazón abierto. Mas ya sin fuerza alguna, desfallecido, yerto, llamó al único apóstol que velaba en Solima. "¡Judas!, gritó, bien sabes en cuanto me dirimen, date prisa en venderme y tu negocio ultima: ¡Estoy sufriendo, amigo! La tierra me lastima... ¡Oh tú que al menos tienes el ánimo del crimen!" Mas Judas alejábase, molesto y pensativo al verse mal pagado, y con pesar tan vivo que en todas las paredes su culpa escrita hallaba. Por fin, sólo Pilatos, que a César encarnaba, sintiendo alguna lástima, volvióse despectivo y "¡Prended a ese loco!" a su hueste ordenaba.
V C'était bien lui, ce fou, cet insensé sublime... Cet Icare oublié qui remontait les cieux, Ce Phaéton perdu sous la foudre des dieux, Ce bel Atys meurtri que Cybèle ranime! L'augure interrogeait le flanc de la victime, La terre s'enivrait de ce sang précieux... L'univers étourdi penchait sur ses essieux, Et l'Olympe un instant chancela vers l'abîme. "Réponds! criait César à Jupiter Ammon, Quel est ce nouveau dieu qu'on impose à la terre? Et si ce n'est un dieu, c'est au moins un démon..." Mais l'oracle invoqué pour jamais dut se taire; Un seul pouvait au monde expliquer ce mystère: -Celui qui donna l'âme aux enfants du llllimon.
V ¡Era él aquel loco, el sublime enajenado...! ¡Aquel Ícaro oscuro que al cielo se aproxima, Faetón por el rayo de los dioses tocado, bello Atis malherido que Cibeles reanima! El vientre de la víctima escrutaba el augur, la tierra se embriagaba con su sangre preciosa... La creación entera pendía temblorosa y el Olimpo un instante vaciló en el azur. "¡Responded! -gritó César a Júpiter Amón-, ¿Qué nuevo dios es éste que imponen a la tierra? Y si no es dios, ¿acaso es una maldición?..." Pero el auspicio para siempre el arcano cierra... Sólo uno podría revelarlo del todo: el que insufló un espíritu a los hijos del lodo.
VERS DORÉS Eh quoi! tout est sensible! PYTHAGORE Homme, libre penseur! te crois-tu seul pensant Dans ce monde où la vie éclate en toute chose? Des forces que tu tiens ta liberté dispose, Mais de tous tes conseils l'Univers est absent. Respecte dans la bête un esprit agissant: Chaque fleur est une âme à la Nature éclose; Un mystère d'amour dans le métal repose; "Tout est sensible!" Et tout sur ton être est puissant. Crains, dans le mur aveugle, un regard qui t'épie: À la matière même un verbe est attaché... Ne la fais pas servir à quelque usage impie! Souvent dans l'être obscur habite un Dieu caché; Et comme un oeil naissant couvert par ses paupières, Un pur esprit s'accroît sous l'écorce des pierres!
VERSOS ÁUREOS [28] ¡Así es, todo es sensible! PITÁGORAS ¡Hombre, pensador libre! ¿Sólo tú pensar cuentas en este mundo donde la vida en todo estalla? Tu libertad dispone de mil fuerzas que ostentas, mas todos tus consejos la Creación soslaya. En la bestia respeta un espíritu que alienta: cada flor es un alma que ante el Cosmos explaya; un misterio de amor en el metal se asienta: ¡"Todo es sensible" y todo sobre tu ser se ensaya! Teme en el muro ciego un mirar que te espía: en la propia materia hay un verbo sepulto... ¡No la emplees en cosa que pueda ser impía! Suele en el ser más mísero morar un Dios oculto; y cual ojo cubierto por sus párpados, medra un espíritu puro tras la piel de la piedra.


Notas

 

[1] Primera publicación: Le mousquetaire, 10 de diciembre de 1853.- L'Artiste, 1.º de enero de 1854.- De este soneto, verdaderamente intraducible, ofrezco una versión que sólo puede considerarse provisional. Las dificultades del traductor se concentran sobre todo en el segundo verso: obliga a una interpretación de la palabra "abolie" del original: ¿Suprimida, abolida, vencida, destruida, perdida, rota? Si los comentaristas tienen razón al afirmar que Nerval alude al arcano XVI del Tarot, esta torre es la torre por el rayo partida. Me inclino por esta interpretación, por lo sugestiva y exótica. Lo cierto es que sobre este soneto se han vertido verdaderas cataratas de tinta. Pero por más que sobre él se escriba, sus posibilidades nunca se agotan. Por mi parte, ya he apuntado, en el estudio biográfico preliminar [Nerval, Gérard de: Obra poética, estudio, traducción y notas de Pedro José Vizoso, Málaga, colección Ibn Gabirol, Centro Cultural Generación del 27, 1999, pp. 11-108 (N. del E.)], mi convencimiento personal de que este soneto debe haber sido escrito poco después de la muerte de Jenny Colon y a consecuencia de ella. Al menos, esa es mi conclusión tras el análisis de los dos cuartetos.- Título: en español en el original. Según los eruditos, Nerval se identifica con un personaje de la novela Ivanhoe de Walter Scott. Se trata de un misterioso caballero que acude a un torneo y que lleva por divisa y blasón la palabra española "Desdichado" que, según el texto de Scott, quiere decir el desheredado. En realidad este personaje no es otro que el propio Ivanhoe, que ha vuelto a su país de incógnito. Pero tengo para mí que Nerval conocía perfectamente el verdadero significado de esta palabra, que no es otro que el desventurado, el desgraciado... Por lo demás, existe un autógrafo de este poema, que perteneció al poeta Paul Éluard, que presenta esta significativa variante de título: "El destino".

[2] Viudo: en el autógrafo Éluard, Nerval anota esta palabra así: "Olim: ¿Mausole?"

[3] Señor de la aquitana torre que el rayo hendía: Nerval funde dos imágenes en un verso de una belleza incomparable, del que mi traducción no es más que un pálido trasunto. Por un lado, el Príncipe de Aquitania: el doble de Nerval, su hermano místico. Nerval se calificaba de obscuro descendiente de un legendario paladín del Périgord, un Labrunie que fue caballero del emperador Otón, cuyo escudo ostentaba tres torres de plata coronadas por tres medias lunas de plata.

[4] La estrella muerta: para mí es claro que se refiere a Jenny Colon, muerta el 5 de junio de 1842.- Algunos críticos afirman que Nerval alude al arcano XVII del Tarot.- Finalmente, conviene reparar que la Estrella y el Destino son dos cómicos de la legua en la novela de Scarron Le Roman comique, una de las lecturas predilectas de Nerval.

[5] Sol negro: la estrella muerta es también un sol negro, un sol que es su propia negación. La imagen del sol negro pudo encontrarla Nerval en Jean-Paul Richter. Recordemos también el poema titulado «La mancha negra», en Pequeños castillos de bohemia, poema que Nerval dio como una supuesta traducción de un inexistente soneto de Bürger, pero que es obra suya. Finalmente, la última palabra del verso nos recuerda el grabado en cobre de Alberto Durero titulado «Melancolía», de 1514, que Nerval conocía y admiraba, que contiene un sol negro lanzando una espléndida corona de rayos negros en el horizonte.

[6] Posilipo o Posílipo [Posillipo]: es una colina tobácea al norte y frente al golfo de Nápoles, con vistas espléndidas. Se supone que allí está enterrado Virgilio.

[7] Primera publicación: L'Artiste, 15 de febrero de 1854.

[8] Mirto: los críticos se preguntan quién es la destinataria de este poema. Probablemente, tras este enigmático nombre se esconda la identidad de Jenny Colon. También podría referirse a un personaje de la mitología grecolatina asociado al culto de Ártemis: Mirto, hermana de Patroclo, hija de Menecio, que engendró con Heracles a Euclea. O podría tratarse de una joven napolitana cuyo nombre ha asociado Nerval al de la planta que crece en la tumba de Virgilio, mencionada en el último verso.

[9] Nueva mención del Posílipo: véase nota núm. 6.

[10] Baco: "Iacchus" en el original.- Iaco es el nombre místico de Dionisio: dios de la vegetación y de los frutos, espíritu de la savia de las plantas y la fecundidad animal y del vino. Asociado con ritos orgiásticos encaminados a lograr la posesión divina a través del delirio místico. Llamado Baco entre los romanos, opto por dicha designación por ser la más conocido.

[11] De Grecia descendiente: Nerval declara aquí su patria mística; es decir, la Grecia de Orfeo y de Pitágoras; la Grecia de los misterios de Eleusis. Al mismo tiempo, alude al valor de la poesía como forma de conocimiento, como vía de iniciación en el misterio del sentido del Cosmos.

[12] Volcán: a su regreso de Constantinopla, Nerval tuvo ocasión, de paso por Nápoles y huésped del marqués de Gargallo, de contemplar una erupción del Vesubio que tuvo lugar la noche del 19 al 20 de diciembre de 1843.

[13] Soberano normando: alusión al duque normando Roger de Hauteville, que se apoderó de Nápoles en 1139.

[14] Laurel virgiliano: Virgilio representa en la tradición occidental la unión entre el mundo pagano y el cristiano, operada a través de Dante y La Divina Comedia. Por otra parte, la simbología vegetal representada por las tres plantas: laurel, mirto y hortensia, reviste tal vez un significado de síntesis histórica entre el mundo moderno y el antiguo.

[15] Primera publicación: Les filles du feu, 1854. Este poema es una nueva versión del soneto titulado "A Louise d'Or., Reina".- Horus: en la mitología egipcia, hijo de Isis y de Osiris, dios niño; dios del sol naciente y de la eterna y renovada primavera. Se le representa con figura de hombre con cabeza de gavilán.

[16] Neftis o Nephthys: en la mitología egipcia, dios creador del mundo. Al envejecer, con los temblores de la senectud, hace estremecerse al mundo.

[17] El nuevo espíritu: compárense estos tercetos con los del soneto "A Louise d'Or., Reina". En ellos se lee: «Napoleón me llama». Por lo demás, remito al lector a las notas aclaratorias a dicho poema [Nerval, Gérard de: op. cit., v. p. 271 (N. del E.)].

[18] Primera publicación: Les filles du feu, 1854.- Ánteros: era el hermano de Eros, su complemento o su antítesis (Anti-Eros), hijo como él de Ares y Afrodita. Para Nerval, en vez del amor correspondido, simboliza más bien el antiamor, la rebelión contra Dios, la caída, la marca del maldito: el destino asumido por Satán y Caín.

[19] Anteo: Nerval hace descender a Ánteros de Anteo sólo por analogía semántica. Anteo, hijo de Posidón (o Neptuno, para los romanos) y de la Tierra, era un gigante al que Heracles dio muerte.

[20] Baal: "Bélus", en el original, que no puede confundirse con el Belo de la mitología grecolatina, hijo de Posidón y de Libia, sino que designa a una divinidad babilónica o asiria, uno de los dioses, según la Biblia, vencidos por Jehová.

[21] Dagón: dios fenicio mitad hombre, mitad pez. Otro de los dioses antiguos derrotados por Jehová y precipitados al infierno, donde, desesperados, protestan contra la tiranía del dios único.

[22] Cocito: río del mundo subterráneo, afluente del Aqueronte, marcaba una de las lindes del infierno. Su etimología griega es kwkuw, gemir, pues se decía proceder de las lágrimas de los muertos que, por no haber recibido los funerales adecuados, tenían que vagar por sus orillas durante cien años, hasta que les fuera permitida la entrada en el Hades.- Repárese en la semejanza de este verso con el verso 12 de "El desdichado": de nuevo la imagen de las aguas letales para simbolizar la inmersión en la locura, el paso a la otra orilla de la que no se vuelve.

[23] Amalecita: los amalecitas, enemigos de los judíos, eran un pueblo de Arabia.

[24] Compárese con el verso octavo del Soneto "Délfica". Según algunos críticos, el dragón es símbolo de las doctrinas herméticas.

[25] Primera publicación: L'Artiste, 28 de diciembre de 1845. Título: "Versos áureos" [Véase nota al soneto "Dafne", incluido en los Petits Châteaux de Bohême (Nerval, Gérard de: op. cit., p. 245, N. del E.)]. Al pasar a su última ubicación entre los sonetos de Les Chimères, se presenta con su título definitivo y sin los epígrafes. Remito al lector a las notas referidas a este poema en Pequeños castillos de bohemia [loc. cit. (N. del E.)].

[26] Primera publicación: Les Filles du feu, 1854.

[27] Primera publicación: L´Artiste, del 31 de marzo de 1844, pág. 201.- Ubicación definitiva en Les filles du feu de 1854, formando parte de Les Chimères.

[28] Primera publicación: L'Artiste, del 16 de marzo de 1845. Título: "Pensamiento antiguo".


 

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