Erika Reginato

Poemas

 

Anónimo: Figura masculina llevando el fruto del cacao (Museo Nacional de Antropología e Historia de México)

 




¿DÓNDE SE HAN IDO?

¿Dónde está mi ciudad,
desapareció en lo profundo del mar?

Y ¿mis amigos?
Ahora que son de cristal
aún... ¿los veré?

¿Los habitantes del agua,
los caminantes de la plaza la Candelaria,
los lanza llamas?

Los encontraré entre los demás restos
de carne, sangre y hueso,
en el gran dolor
con gestos de esperanza.

Todo está aquí
cubierto con la lava derretida
del volcán.

¿Dónde está el Ávila,
el Salto Ángel,
la cascada donde los ángeles jugaban
con las águilas?
dicen que ahora hay
tan sólo neblina.

¿Dónde están los estudiantes
que sin miedo
dejaron ver sus manos blancas
en la oscuridad de la muerte?
Se los llevaron en el clamor de las sombras.

¿Dónde está el orfeón que respiraba
la música entre las nubes de Calder,
los niños que esperaban el bautizo,
las medicinas, la sanación?

¿Dónde está la libertad
que arrasaba la Tierra de Nadie,
la brisa fuerte del trópico
que movía las partituras, los libros,
las luciérnagas, la paz?

Necesito tocarte vida
ver sin más lágrimas el pan,
saciada la sed, alcanzar el cielo
la puerta abierta de Dios.



MISERICORDIA

Misericordia
una gran palabra
escrita en mis manos
con la tinta invisible
que arrastra el agua.

Mi voz toca el viento
busca tus oídos…

Repito tu nombre en la corriente
en el descenso entre los arcos del Tíber:
la pasión del rostro
desfigura la visión...
Puro fuego es tu cuerpo
en las llamas de esta ciudad
que me enceguecen.

Ahora que te encuentro en este manantial
tiemblo.
Estoy sola y desnuda en el espiral celeste.

Apiádate de este espíritu
que sube las escaleras estrechas
hasta el extravío en el techo de San Pedro.

Respiro entre pinturas
el aleteo de los ángeles,
el grabado de la Misericordia
que me roza la vida.

Abro
la puerta del misterio.



UN BARCO A LA DERIVA

Llena este espacio blanco con tus ojos...
sofócalo
haz pedazos este lienzo
agriétalo y dame un poco de tu oxigeno:
te ruego... déjame dormir.

Esta madrugada escucho
explotar cerca los truenos,
el sonido que se disipa
en el abandono del juego.

Los rastros de tu mirada
se acentúan en este esbozo:
dibujo un barco a la deriva,
lo pinto con los esmaltes de aceite
uno los colores con los dedos.

En el mar
el horizonte se entona con tu nombre.

(del libro inédito Alma de Fuego)



A VECES SE OFRECE

El poema se ofrece
con la vida.

Ofrezco lo que tengo
el fuego entre las piedras
la brizna de cacao
que traes en las manos medio abiertas.

Ofrezco las curvas del viaje,
me despojo hasta del vértigo...

sé que dentro de mí
a veces escuchar tu respuesta
es una larga travesía.

Esta noche te espero
escribiré en cada semilla
sobre tu vuelo de retorno.

(del libro inédito En la Costa de Cacao)


 

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