Daniel Font Vera

Deambulando por el preámbulo

 

Daniel Font Vera: Erizos del valle

 


 

Ay! que lío vertiginoso: ¿de una vida escoger un instante...
o, aún más lío, ...hilar en un instante una vida?.

 

Fonética de lo inasible, estética de lo inefable, ética de la experiencia. Poesía.


1 Erudición, falso grajo de granja. Conocimiento, torcaz revuelo; inasible ave..., que de las jaulas huye.
2 Planteamiento, nudo y desenlace. Introito, preámbulo, proemio. Prefacio, exordio. Introducción. Ensayo sin red. Y muerte. Obligado oficio: aprendiz de vividor, maestrillo de la incertidumbre, pedagogo vano sin diploma. Viajero sin mapas ni calendario, iletrado escriba sobre una ola sentado, mirando la orilla acercarse, ...sin saber cuando...
3 EPÍLOGO Diré como nacisteis, versos de la infamia y la desgana. Por aceras sin bordillo y calzadas medio hechas, en auroras blancas y prolongadas vísperas solas. De brazos oscuros buscados en la hierba roja alguna noche muerta; con escarlatas besos yertos que se iban y náuseas contenidas por alas de vencejo tapando una boca. Callada, ajena al nombre añejo de los días nunca franqueados y las cornisas venideras: esos peligrosos juegos a muerte en el alero frío donde sólo la hiedra a las manos daba apoyo. Vinisteis, inhóspitos versos desalmados, como lluvia de llamas, doliendo allí donde el entrecejo antiguo brecha era: en el espacio inhabitado entre dos miradas de agua y un soneto sin destino. Buzones sin orejas, sorda grulla en una pata quebradiza; brazo roto envuelto en deshilachada enagua de canas inservibles y pechos como hielo. Y en el abrazo de siempre conocido reencontré el sueño, las brumas y la niebla. De innobles casas sin portero con puertas valladas o cegadas. Clausuradas ventanas sin cristales en que el viento rompía lágrimas verdes, gritos contenidos y gemidos ante la pared desnuda. Bastas colchas duras y dedos como tablas, yemas de lija horadando una piel joven que moría, entregada al gozo falso de las tumbas. En pos de luces adivinadas tras la oscura celosía anunciando imposibles amores que nunca se otorgan. Nacisteis muertos, versos secos de la espera, consumidos pájaros morados sobre cañones sin aire que a un río cierran paso con la danza loca de los derviches giróvagos.
4 Ibamos a estar sobre La Luna y de un iceberg absurdo fuimos presos.
5 En los espejos donde, buscándote me pierdes. En el reflejo en que, sin hallarte, me aguardo.
6 Sobre el horizonte de terciopelo, una grulla alzando el vuelo. aquí, a mi lado, los ojos rotos de una niña, hundidos en el estanque.
7 El sortilegio de la luna decía aves a tu paso; Quise nombrar un instante, pero ya habías escapado. Por el sendero arriba corrían madreselvas, Árboles enraizados tornábanse cigüeñas. Dije: ¡ya!. Azul se hizo el lamento: horizonte sin retorno. Nada era. Nada sino la sombra.
8 NO SE ASUSTEN Me voy a quedar hasta el final. Quiero, curioso, ver en que da todo Este trasiego. Este lagrimeo, Estas sonrisas, estas guasas, Estos miedos, estos besos, estos versos. Esos deslices sonoros. Nuestros arrebatados noes, Aquellos afirmativos abrazos. Vuestros cerrados labios, Las apretadas manos, Ciertos alientos malsanos. Voy a quedarme hasta el final. (No se si tendré tiempo de mondarme de la risa).
9 EXORDIO Cuando una noche de éstas veáis arder mi casa, no corred a sofocar las llamas. Dejad que, lento, el fuego consuma mis libros, la hojarasca amarillenta las fotos fechadas anteayer, las cartas nunca rotas... Al aire, humo al fin, como siempre fueron, dejad que mis reliquias vayan. Y cuando sólo rescoldos queden, entonces sí, acudid a rescatar mis huesos calcinados. Astilladlos y haced con ellos cascabeles, collares o badajos. Desde la nada os sonreiré agradecido.
10 Y fue. Anduvo sobre puntas hasta el borde oscuro. Marchó, mudo, entre las ascuas; desnudos los pies, las manos húmedas. Tembló ante el abismo, los ojos vueltos, abierto el pecho a la nada como un pájaro herido, surcos de roja carne donde plumas abrigando hubo. Saltó sordo hacia la luz prometedora. En la garganta un vértigo, aleteando la duda en la nuca, allí entre los oídos ciegos. Reteniendo el aire, vomitado el suspiro, nunca dicho su Ay!, fue. Donde los ánades desnudos bailaban el Amor Brujo y las solfas del pasado eran letras rotas, estrellados sus ribetes en el valle. Fue hasta el fondo, cortadas las montañas pardas por anchurosos cauces resecos; allí donde ni un pastor viejo se aventuró jamás. Hizo escala en el umbral sonoro y seductor de los rocosos cuerpos desollados en lo Eterno. Fue. Para encontrarse a un Fausto lloroso que pedía limosna a los mortales: un ochavo de alma para llevarse a la boca, un jirón de humana desesperanza justificando la torpe, aburrida, absurda, lenta muerte de su soledad sin sentido. De su obsoleto oficio de añorante, perdido el Cielo para siempre. Fue y le dio lástima: Fausto infausto de idos fastos!.
11 Lloré durante la caída de los ídolos. Lloré en el intento, vano, de la sustitución: besos, vasos, pasos. Hoy lloro compasivo ante el denso velo que nos desnace.

 

Daniel Font Vera: Orquídeas domésticas
  


12 CAMISA PARA REGALAR Era de algodón y hebras de caña. Botones de concha cosidos a mano con cáñamo fino. Fuerte. Cuando el aire batía en los ijares arropábanse las fiestas del alma entre los pliegues. Se retiraban dolores y aliviábase la espalda. Abrigaba lo justo, sin asar, cuando los hornos de julio escocían pieles. Enfríaba en invierno, hasta Navidad, conservando el sudor; el sudor, ese, que un día, vapor, ya no huele.
13 DESCUBRIMIENTO No cabe dejar de fumar. Quizás la ley. Tal vez, mejor, La Ley. Aspirar humo mientras tanto. Al Humo aspirar.
14 Exhortación a la observancia de la Ley Deuteronomio 41- 423 Soñé una vez con el Libro de Ester, ...sin entender. No había sabios a mano que dijesen... Sólo letras ante el niño analfabeto y sordo. Aún hoy -siglos después– a veces no comprendo. A pesar de mi nombre (de ignorante profeta).
15 OLVIDO Supe decir cosas; tuve Palabras, olvidadas hoy, certeramente dirigidas al blanco: flechas quebradas crujiendo al paso de esta ignorancia cruel que me sostiene en precario. Otrora. Ya ni recuerdo cuando.
16 Bajo tachones, entre líneas, rescaté un segundo de verdad. Eternidad maltrecha por palabras.
17 INVOCACIÓN AL SILENCIO (manifiesto antibastardaje) Honesta, profunda, calladamente dicho; quién puede decir algo necesario sobre nada? Callémonos. Otra vez. Para siempre. Al menos hasta que las cosas vuelvan a ser Ellas, no los nombres que les dimos.
18 AZUL ABRAZO Escucha a este profeta decir lo que un sueño le reveló: Tú estás hecho para la vida; tienes que vivir. Quieres cantar y por tu voz brotará alegría. Pues supe que el aroma sagrado de esa gardenia que ibas a cortar para mi, es el perfume más hondo de tu alma bienformada, de tu cuerpo renacido. Y a la par que se me prolongaba el corazón en dedos cariciosos, abríase la comprensión de tus venideros oidos y tu garganta refrescada. Roto el sortilegio, saldrás de la tumba llevado de una espiral celestial que se abre, se abre, se abre... y canta con voz sonora himnos de hombre. Nuevo.
19 Pasaron siete semanas de años Y los esclavos fueron libertos. Triste, pero sonreía un rostro.
20 DUELO Llorar y seguir. 21 Siguiendo. La huella. De aquel ciervo, ...desnudo. Encontrólo un sherpa, agonizante; quisieron adivinar esa sonrisa. Allí lloraron. En el tiempo necesario. Hasta que menester fuere. Quizá en el momento en que los árboles desvelan su secreto: Allí?. Entre las ramas ignaras. Cuando se callan los gatos. Bajo el árbol. En el sitio de ese rumor verde...?
22 Y fue donde la rama desbastada. Posóse en el lugar del nudo, viejo, que antaño se ofrecía. Quedóse. Apenas un aleteo suficiente.
23 Sin ropa paseábanse por jardines desnudos, la luz cubriéndoles apenas. A sus pies el Silencio.
24 Quién sabe qué sea el Silencio? salvo un algarve, salvo una duna, salvo una duda alborozada donde algas brotasen.

 

Daniel Font Vera: Girasoles-coliflor

25 Gente, murmullo de voces en la plaza; cigüeñas posadas en las agujas de la Catedral. Comienza a llover. Agosto.
26 TODO(s) Hablaba(n). Aún antes de Ello...; Allí era la sombra del Decir Imposible que asombra a los hombres. Se detuvo una noche. Bajo la enramada llena de espinos calló. (y caía... ) Oyóse cantar un pá(pa)jaro. Fue hasta donde el sonido reclamaba. ENTREGÓSE. El goce fue cuando, al morir, halló la Palabra Certera... (con el corazón herido, trocóse el jilguero en buho.)
27 ...Y la blancura de su pubis incendió mis ojos. Tomóme esa luz...
28 (Dulcemente) pasan las nubes, aunque no las mire.
29 Ser. Amapola Ignorante de su Belleza.
30 Olfateo el aire fresco buscando una respuesta. Respiro. Las hormigas pasean mientras tanto.
31 Piedra, piedra, piedra. Y por encima la nube Alejándose. Quizás el mar mañana.
32 Vida y muerte son la misma cosa. Nacer y morir son la misma cosa.

(...Y a la vez que lo entiendo no entiendo nada y lo que parece que he entendido, pareciese que fuera a olvidárseme enseguida...)

Perplejidad y calma.
¡Qué funeral tan alegre!.


33 Avanza el día, pasa la semana, otra cuota de la hipoteca, caen las hojas, llueve, nieva, uvas con campanadas, brota un tilo, reverdece roja la amapola. Avanza el día. Y digo que el tiempo no Es. Sino invento del dolor, expectativa falsa del sueño. abominable añoranza.
34 ORACIÓN Laurel de las desdichas, rododendro de la duda, bergamoto ensangrentado, impoluto cerezo, dad los frutos vivos que os corresponde. Asombrado vencejo, paloma de los dedos, gorrión desnudo, volad a ras del suelo. Pues piedra sois de Altísimo Fulgor.
35 Y Allí donde el aire se extingue, Ser zumo de piedra.
36 Humildad, donde estás?, Que siempre me estreYO!
37 Zurdo contrariado, mudo vocacional que no sabe. ...Callar. ¡Si al final, todo se dice en un beso!


 

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