Amaya Blanco

Letras de tierra

 

Antoni Tàpies: Pared

 


SON ELLAS, LAS PALABRAS

Me visten, me despluman, 
ponen sobre mi lengua un velo pudoroso, 
me despojan del sueño y me proveen de alas. 
Son toda mi fortuna, 
en su búsqueda, cruzo los océanos 
las compro por los zocos; las caras, las humildes, 
regateo por ellas, 
se las robo a las madres
y a los niños inquietos. 
Las diseco y reviven, 
se me escapan y sufro. 
Vuelvo loca a buscarlas, 
a arrancarlas del lecho
donde siempre dormitan.
Las ordeno y se ríen,
las nombro y se confiesan, 
siempre acuden a mí, 
lentas e inoportunas, 
cuando ya no hacen falta. 

O me llevan a terrenos pantanosos, 
ponen mi pie en arenas movedizas, 
y se dan a la fuga
como seres inútiles. 


EL CICLO DEL AGUA Amo el modo que tienes de licuarte cuando, al aproximarme a tu presencia, me entregas a beber las aguas de tu sangre. Pero me quemas, antes de que me sacie del pecado comienzas a bullir en tu delirio. Cierro los párpados, inmóvil, sintiendo entre mis poros tu estado gaseoso y cuando a lo más alto se evaporan tus ansias sobre mí te desprendes, aguacero de dicha.
SECRETOS Te asomas a mis senos con ternura de pájaro y antes de convertirme en un olivo me apresas con tu pico y me transmites tus mensajes ocultos.
PIEDRA Hoy entré por los ojos de un hombre que miraba, allá, a lo lejos. Tiré una piedra al fondo del abismo de su alma y no se oyó caer la piedra nunca.
ENSOÑACIÓN En una oscuridad desfallecida yace inerte el cadáver de la noche. La mañana, inconsciente, descansa en su vestido de almendros encantados. Una gasa de niebla cubre los descansados muslos de la vida y antes de que despierte el mundo yo me pregunto inmóvil ¿hacia dónde la aurora?
VIDA Era un agua aferrándose a los cauces del río, un agua que debiera transcurrir y se negara, vuelta hacia sus misterios, intentando con fuerza desandar el camino, cuesta arriba, era un agua jadeante apoyada en las piedras movedizas, resbalándose, nunca resignada, agarrándose, contra las corrientes detenida, los labios no sellados por el último trazo de su nombre.
LETRAS DE TIERRA Soy yo: te hablo desde los minerales. Mi voz de savia y clorofila se alimenta de luz de lluvia y de recuerdos. Nunca me he ido de tu lado, nada ha cambiado mucho, si lo piensas, sigo ocupada en la belleza, en el perfume de la flor que antes regaba y dentro de la que ahora crezco. Sigo pensando en ti y te querré desde todas las cosas que tú ames. No olvides aspirar mi fragancia y no olvides vivir.


 

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